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Finales de decepción

Hace unos días finalizó una de las series que ha dado más que hablar en esta temporada de invierno: Mirai Nikki, anime basado en un manga de éxito del cual se está negociando su licencia en España en estos momentos. Anime que ganó multitud de adeptos, principalmente gracias a su cómic, ya completado por su autor, con una historia cuidada, compleja y un final que cumplía con las expectativas.

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El problema principal llegó con la adaptación de su desenlace a la pequeña pantalla. Hasta la fecha, la serie fue llevada de manera sobresaliente, pero el final se tornó agridulce e inconcluso. Como resultado, se ha generado cierta decepción entre los espectadores que leyeron el cómic y confusión entre los que no lo leyeron.

Esto no es un caso aislado e, incluso, pueden darse situaciones peores: multitud de series de anime se han visto totalmente desprestigiadas gracias a sus penosas adaptaciones. En el paso de los mangas a los animes puede estar la diferencia entre una buena promoción o un fracaso del cual mejor olvidarse.

En ocasiones, pasa que un cómic no es muy conocido pero, al verlo en la pequeña pantalla, gusta, gana fama y, a partir de ahí, comienza su empuje entre el público, creándose todo tipo de merchandaising y numerosos proyectos. En estos casos, se aprovecha bien el tirón que tiene la serie entre el público y se sacan grandes beneficios.

En otras ocasiones, las adaptaciones son decepcionantes y un cómic que tenía posibilidades pierde todo el crédito entre el público. Debido a este fracaso, la productora malgasta una cantidad de dinero nada desdeñable. Es parecido a lo que ocurre con las novelas y los cómics Marvel con su adaptación a la gran pantalla.

Y la cuestión es preguntarse por qué ocurre esto. En primer lugar, por dinero y, en segundo, por tiempo y material disponible. Si una serie tiene éxito pero, al final, queda inconclusa, es muy probable que, a la larga, saquen las denominadas OVA (Original Video Animation) o capítulos extra, además de películas, con las que tirar del hilo y seguir obteniendo ganancias.

Pero esto no siempre es beneficioso. Si esas OVA o películas no alcanzan las expectativas del público que ve el anime, este se va a pique. Y, normalmente, no las cumplen al añadir material que no resuelve nada de la trama principal.

Últimamente está también muy de moda sacar la serie en sus ediciones especiales de DVD, que incluyen material extra pero que solo pueden ser adquiridas mediante la compra, ya que no son emitidas por televisión. Una fuente más para sacar dinero y explotar el producto.

Otro método es dejar un final abierto y añadir nuevas temporadas. Si siguen una adaptación fiel del manga contentará al público pero no siempre es lo habitual. A veces sucede que meten tramas insustanciales que no aclaran ni solucionan nada e, incluso, son capaces de alargar una serie aunque no haya material que adaptar, para seguir cosechando el mismo éxito.

Esto provoca el cansancio del espectador, como ocurre por ejemplo con series como Naruto o Bleach. Se producirían en estos casos una reducción de la calidad, que pueda tener la adaptación, dando como resultado un final insatisfactorio.

El otro problema que existe es que, al querer adaptar un manga con pocos capítulos o demasiados, tienen que hacer recortes o alargarlo. Dependiendo de lo bien que trabaje el equipo, se obtendrán mejores o peores resultados. Esto ya es cuestión de cada productora y del autor del manga, que tienen que trabajar conjuntamente para conseguir lo que el público quiere. De ahí vienen, quizás, la mayor parte de los fracasos en finales de anime.

Por otra parte, quizás se cosecharían más logros si las productoras niponas arriesgaran y sacaran un producto original con el que no se tuvieran que hacer comparaciones. Pero no es lo más común y, casi siempre, optan por las adaptaciones de los mangas o videojuegos con más éxito.

Ejemplos conocidos son Los caballeros del Zodiaco, Inuyasha o One Piece, actualmente en emisión, que lleva recaudado en Japón millones y millones de yenes. Lo que sí es cierto es que la industria nipona debe tener más en cuenta al público y no descuidarlo haciendo cosas innecesarias ya que de ahí, justamente, vienen sus ganancias. Es simple: buenas adaptaciones es igual a final satisfactorio para el público y éxito para la productora.

SARA B. PATRÓN / REDACCIÓN
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