Los medios de difusión en Europa, y especialmente en España, reflejan una imagen relativamente negativa del dirigente venezolano Hugo Chávez. Tanto es así que pocos se ponen a pensar en la causa por la que Chávez es tan popular en su país. Debe quedar claro que este análisis no es un intento ni de justificación ni de defensa. Simplemente se trata de reflejar lo que a muchos se les suele escapar.
Hugo Chávez es el máximo representante y fundador del denominado "Movimiento Bolivariano". Este movimiento mezcla las ideas de Simón Bolívar, Rousseau (en el fondo, como todos los socialismos), Marx y el castrismo, entre otras corrientes de pensamiento, para llegar a un ideario revolucionario que muchos consideran que es el "socialismo del siglo XXI" y que comenzó teniendo un origen militar.
Chávez parte de la idea de la existencia de un pueblo latinoamericano dividido por países, pero hermanados por su origen. Pero estos países no son libres, sino que se encuentran sometidos tanto a lazos políticos como económicos por otros países. Estos países neocolonizadores e imperialistas serán, sobre todo, Estados Unidos y los países europeos. España también forma parte de estos países, siendo después de todo el "viejo enemigo" del referente Bolívar.
Sin embargo, frente a lo que pueden pensar muchos, el Movimiento Bolivariano no rechaza el contacto con el resto del mundo. Por decirlo así, no es aislacionista. Es plenamente conciente del mundo en que vive y su objetivo es tener un trato con los demás países "como iguales". He ahí el matiz.
Al igual que otros movimientos latinoamericanos, como el peronismo o el castrismo, el bolivarismo es personalista y populista, de ahí que se base en el apoyo popular y en el culto al líder. Cada país tendría al suyo.
A efectos prácticos, Chávez llegó al Gobierno a través de medios democráticos en 1998 y, hasta ahora, se ha situado en los límites constitucionales. Pero siempre o casi siempre (y esto no hay que olvidarlo, se esté de acuerdo o no con las reformas) dentro de los límites de la legalidad vigente. Para ello ha tenido que hacer múltiples reformas legales, como fue la reforma constitucional de 2007.
Chávez ha aprovechado la posición de Venezuela como país exportador de petróleo para favorecer una opinión pública internacional benevolente. Tanto es así que en los medios europeos rara vez se ve a Chávez como a un enemigo, sino como a alguien del que hay que reírse. Es el caso contrario, por ejemplo, de Mahmud Ahmadineyad, que es continuamente demonizado por los medios.
Así, en 2007 fue ridiculizado por el famoso "¿Por qué no te callas?" que le espetó el Rey Juan Carlos. En aquel momento, pocos profundizaron en las causas de la ira de Chávez. En 2002 hubo un golpe de estado en Venezuela en el que pudo haber sido capturado o, incluso, asesinado. Y el Gobierno de Aznar apoyó el golpe. Los mayores detractores de Chávez podrían justificar el golpe de estado, pero no podrán negar que cuando te provocan un golpe de estado es normal que te mosquees un poquito… Nadie profundizó sobre eso en España.
Solo hubo un momento en el que los medios demonizaron a Chávez: cuando, a raíz de ese incidente diplomático de 2007, el líder venezolano amenazó con tomar "medidas" frente a empresas españolas, especialmente el Banco Santander. Su amenaza no llegó a más y volvió a ser, en poco tiempo, el payaso latinoamericano por excelencia.
Más allá de la ideología, conviene pararse a pensar en la economía venezolana. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Producto Interior Bruto aumentó en Venezuela en un 3,36 por ciento. En 2011, el FMI estima que el crecimiento llegó al 5 por ciento. Por otro lado, el país está logrando importantes acuerdos comerciales con Asia que están haciendo mucho daño a los Países del Norte.
Chávez ha conseguido que su país esté en el mapa, cosa impensable antes de que apareciera él. Las consecuencias se ven a diario. Actualmente, el Movimiento Bolivariano triunfa en Venezuela y está presente en países como Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá o Perú. Crecimiento económico, personalismo, enemigo común, populismo… Se puede estar a favor o en contra de Chávez y su movimiento, pero debe entenderse por qué la mayor parte de Venezuela lo apoya.
Hugo Chávez es el máximo representante y fundador del denominado "Movimiento Bolivariano". Este movimiento mezcla las ideas de Simón Bolívar, Rousseau (en el fondo, como todos los socialismos), Marx y el castrismo, entre otras corrientes de pensamiento, para llegar a un ideario revolucionario que muchos consideran que es el "socialismo del siglo XXI" y que comenzó teniendo un origen militar.
Chávez parte de la idea de la existencia de un pueblo latinoamericano dividido por países, pero hermanados por su origen. Pero estos países no son libres, sino que se encuentran sometidos tanto a lazos políticos como económicos por otros países. Estos países neocolonizadores e imperialistas serán, sobre todo, Estados Unidos y los países europeos. España también forma parte de estos países, siendo después de todo el "viejo enemigo" del referente Bolívar.
Sin embargo, frente a lo que pueden pensar muchos, el Movimiento Bolivariano no rechaza el contacto con el resto del mundo. Por decirlo así, no es aislacionista. Es plenamente conciente del mundo en que vive y su objetivo es tener un trato con los demás países "como iguales". He ahí el matiz.
Al igual que otros movimientos latinoamericanos, como el peronismo o el castrismo, el bolivarismo es personalista y populista, de ahí que se base en el apoyo popular y en el culto al líder. Cada país tendría al suyo.
A efectos prácticos, Chávez llegó al Gobierno a través de medios democráticos en 1998 y, hasta ahora, se ha situado en los límites constitucionales. Pero siempre o casi siempre (y esto no hay que olvidarlo, se esté de acuerdo o no con las reformas) dentro de los límites de la legalidad vigente. Para ello ha tenido que hacer múltiples reformas legales, como fue la reforma constitucional de 2007.
Chávez ha aprovechado la posición de Venezuela como país exportador de petróleo para favorecer una opinión pública internacional benevolente. Tanto es así que en los medios europeos rara vez se ve a Chávez como a un enemigo, sino como a alguien del que hay que reírse. Es el caso contrario, por ejemplo, de Mahmud Ahmadineyad, que es continuamente demonizado por los medios.
Así, en 2007 fue ridiculizado por el famoso "¿Por qué no te callas?" que le espetó el Rey Juan Carlos. En aquel momento, pocos profundizaron en las causas de la ira de Chávez. En 2002 hubo un golpe de estado en Venezuela en el que pudo haber sido capturado o, incluso, asesinado. Y el Gobierno de Aznar apoyó el golpe. Los mayores detractores de Chávez podrían justificar el golpe de estado, pero no podrán negar que cuando te provocan un golpe de estado es normal que te mosquees un poquito… Nadie profundizó sobre eso en España.
Solo hubo un momento en el que los medios demonizaron a Chávez: cuando, a raíz de ese incidente diplomático de 2007, el líder venezolano amenazó con tomar "medidas" frente a empresas españolas, especialmente el Banco Santander. Su amenaza no llegó a más y volvió a ser, en poco tiempo, el payaso latinoamericano por excelencia.
Más allá de la ideología, conviene pararse a pensar en la economía venezolana. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Producto Interior Bruto aumentó en Venezuela en un 3,36 por ciento. En 2011, el FMI estima que el crecimiento llegó al 5 por ciento. Por otro lado, el país está logrando importantes acuerdos comerciales con Asia que están haciendo mucho daño a los Países del Norte.
Chávez ha conseguido que su país esté en el mapa, cosa impensable antes de que apareciera él. Las consecuencias se ven a diario. Actualmente, el Movimiento Bolivariano triunfa en Venezuela y está presente en países como Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá o Perú. Crecimiento económico, personalismo, enemigo común, populismo… Se puede estar a favor o en contra de Chávez y su movimiento, pero debe entenderse por qué la mayor parte de Venezuela lo apoya.
RAFAEL SOTO
