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Ahora, a currar

Se confirmaron las encuestas, los sondeos y las opiniones de barra de bar: Mariano Rajoy y el Partido Popular (PP) han ganado muy de sobra las Elecciones Generales. Una buena noticia, a pesar –muy a su pesar, intuyo- de los mensajes apocalípticos de los asustaviejas del PSOE. Rajoy será presidente del Gobierno y acumulará la mayor cuota de poder institucional de la historia democrática española: la gran mayoría de ayuntamientos, diputaciones y el Gobierno central son ahora del PP.

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Entiendo que la severa paliza –electoral- propinada al PSOE escuece. Me sorprende incluso sentir cierta compasión por Alfredo Pérez Rubalcaba, ese hombre de partido que aceptó el papel de cordero pascual de la Pasión socialista.

Pero, sinceramente, el PSOE no ha obtenido ni más ni menos que lo que se merece: una derrota sin paliativos, precedentes ni excusas, debida fundamentalmente a dos razones: una pésima campaña electoral y una historia de ocho años de errores, mentiras, vaivenes y vacuidad tanto política como intelectual.

La izquierda ahora dirá lo que quiera. Hasta la misma Elena Valenciano tuvo la osadía de decir, en su aparición tras los sondeos, que el pueblo había otorgado un importante apoyo al PSOE. Eso es ser optimista y no lo del Alcoyano.

¿Qué resultado esperaba Valenciano entonces? El caso es que la vaciedad –necedad, sandez, simpleza- imprimida por Zapatero a sus sucesivos gobiernos ha determinado el hartazgo de una población cansada de ver cómo las cifras económicas, la calidad de la enseñanza y la fortaleza de las instituciones –entre otras muchas cosas- se han ido deteriorando sin cesar desde marzo de 2004.

Zapatero se va de forma muy distinta a como llegó. Se va sin hacer ruido, sin valor ni siquiera para aparecer junto a su candidato en la noche de los cuchillos largos del PSOE. Se va –mejor dicho, se fue, hace meses ya-, incapaz de hacer frente a nada, con las mismas ideas que siempre –ninguna- y sin el efecto inicial de encantador de serpientes que le hizo llegar a La Moncloa. Descanse en pazzzzzzzz –políticamente- el peor presidente de Gobierno de la democracia española, José Luis Rodríguez Zapatero, El Vaina.

Volviendo a la debacle, decía que parte de la culpa de la misma proviene de la horrorosa campaña que han llevado a cabo el candidato Rubalcaba y sus ayudantes. Una campaña basada en el miedo, en el manido "que viene la derecha", en la amenaza de que otros harán recortes, que nos quitarán los derechos básicos… Sólo faltó decir que fusilarían al amanecer a todo aquel que ose gastarse un euro de más en el café de la mañana.

Una campaña, según se ha demostrado, inútil y de mínima credibilidad, dados los resultados obtenidos. Para muestra, tres botones: en Cataluña, a pesar de las manifestaciones y las caceroladas por los recortes en Sanidad, victoria inédita de CiU; en Castilla-La Mancha, modelo de exposición sociata de los recortes en derechos, el PP ha arrasado literalmente al PSOE -¡casi el doble de votos!-; por último, en Madrid, otro de los objetivos prioritarios de los propagandistas del miedo de Ferraz, también el PP ha doblado en votos al PSOE.

Entiendo que estos resultados se deben a dos causas que se entremezclan: por un lado, está claro que el PSOE ha mentido con el fin de atemorizar al electorado; por otra parte, aunque el elector creyera los mensajes socialistas, ha aceptado expresamente que las soluciones a la crisis pasan por bajarnos los humos, renunciar a bastantes de los privilegios que tenemos y apretarse los machos para salir adelante.

Felicidades, por tanto, a Mariano Rajoy y al PP. Ahora toca ponerse a currar, cuanto antes mejor y cuanto mejor, antes saldremos de esta. Que no le tiemble el pulso al nuevo presidente cuando de adoptar medidas impopulares se trate. Porque como empecemos con pasos timoratos, entonces no habremos conseguido nada.

Aun así, servidor piensa que es posible salir de la crisis sin excesivos sacrificios en cuanto a nuestros derechos básicos. Eso sí, a lo mejor perdemos el derecho a tener el último televisor de plasma, el iPhone más moderno o la Tableta-PC más sofisticada. Pero estoy convencido de que el nuevo Gobierno nos canjeará esas cosas por un derecho aún más rentable: tener un trabajo.

En cualquier caso, no se crean que desde esta apostasía semanal seremos complacientes con Rajoy y su equipo. Habrá que darles una oportunidad, y desde luego que desde esta columna se la daremos. Pero no se equivoquen: si el PP falla, servidor de ustedes, que de tantas cosas se ha cansado, también apostatará de ellos.
MARIO J. HURTADO
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