He tenido la paciencia de recoger información desde todos los frentes posibles, escritos y hablados, para así poder componer estas líneas sin partidismo, sin escoramiento a derecha o izquierda, sin rencores, aunque el corazón se te salga por la boca y, sobre todo, sin necesidad de levantar revuelo. Aunque este último aspecto, cuando sopla el viento, depende de la temperamentalidad de cada cual. Queda claro que la objetividad es difícil de mantener cuando de opiniones se trata. ¡Es un riesgo!
¿A quién beneficia el supuesto alto el fuego de Eta? ¿Por qué dan el comunicado desde un escenario macabro? Vienen a la memoria idénticos escenarios cargados de violencia y muerte. ¿Por qué tres encapuchados difunden el mensaje? ¿Deben seguir ocultos en la clandestinidad por lo que pueda ocurrir? Los poli-mili se presentaron todos ellos a cara descubierta cuando se disolvieron. La Eta actual ha hecho un manifiesto de intenciones que ahora se tiene que concretar en hechos.
La noticia en sí es importante y de interés general. La notificación representa una buena nueva para este atribulado país, si es verdad. Comporta un apoyo para la izquierda y un revés para la derecha, estando a un mes justo de las elecciones. Esta última afirmación carecería de importancia si de verdad estamos ante el fin de Eta. Pero creo que hablan de un “alto el fuego definitivo”, lo que no es lo mismo que una disolución.
Si de verdad Eta se disuelve es una esperanza de continuidad de la izquierda en el poder y una ayuda inestimable para el PSOE. Arzalluz, hace casi un mes, anunció que Eta nos sorprendería antes de las elecciones. Y así ha sido. Ciertamente nos ha sorprendido -que no convencido-. ¿Todo estaba atado y bien atado?
Al PP le ha saltado a la palestra un contrincante duro de roer. El triunfo de Bildu en las elecciones municipales y el claro avance electoral del PP puede estar tras la decisión de Eta. ¿Estamos ante una estrategia electoralista para darle un fuerte empuje a la izquierda abertzale y frenar al PP? Seguro.
¿Por qué encapuchados? Porque sólo enseñan el caramelo del cese de la violencia, de momento, pero no se disuelven, no entregan las armas, no piden perdón. No hay un rechazo moral del terrorismo por su parte. ¿Eta ha sido "derrotada" (la palabra aún no me cuadra) o simplemente "esquilmada" en sus mandos y, estando herida de muerte, no puede continuar? Realmente no ha ofrecido nada. Legitiman su actuación, la dan por buena. La carga ética y moral del comunicado es lamentable.
Podían haberse mojado un poco más en un claro intento de finiquitar la situación. ¿Qué factura vamos a pagar, amén de los daños materiales, personales, psicológicos y morales sufridos a lo largo de este medio siglo de terror? A Eta no se le debe nada. Si hemos de creerlos, tienen que confirmar su compromiso.
El Estado no puede renunciar a la justicia. Deberá delimitar a los miembros que están condenados, los que están pendientes de juicio, los que por imperativo legal deben someterse a la ley, la entrega de las armas y después hablaremos de acercamiento de presos, de excarcelación en determinados casos, etcétera. ¡El camino es muy largo!
Quiero imaginarme el siguiente escenario a un mes vista de las elecciones. Un decorado personalizado, vivo. Tres personajes a cara descubierta a los que se les podría “admitir” algunos “dislates” en su alocución (señalo dichos disparates en cursiva y con comillas). Quiero especular (no defender) con un comunicado sustancialmente parecido a este:
“Por el bien del País Vasco y para que triunfe en él la democracia y desaparezca la tiranía y todo vestigio de ocupación, comunicamos que en tal fecha entregaremos las armas, que lamentamos la gran cantidad de muertes ocurridas a lo largo de estos años, que pedimos perdón desde el corazón a todos las víctimas y sus familiares, que a partir de ahora vamos a luchar desde las instituciones por la democracia plena en el País Vasco, por su independencia, que hemos perdido compañeros en este largo y sangriento recorrido, a los que nosotros dedicamos un recuerdo. Por el fin de la violencia, por una paz definitiva y duradera ¡Viva la Democracia! ¡Viva Euskadi!”.
Las noticias del día después me han devuelto a la cruda realidad. Esto no ha terminado. ¿Pesimismo? No, desconfianza de alguien que oculta lo más expresivo de la persona: el rostro. Ocultamiento que no permite atisbar en esos gestos inconscientes qué transmiten los músculos faciales, la mirada… Un cuerpo sin rostro no es nada. ¿Cuánto de verdad hay en ese comunicado? Estamos ante un discurso utilitarista de los medios para seguir justificando un fin. ¡Maquiavelo en versión siglo XXI!
El cese de la violencia armada es ya una buena noticia en sí. Desde hace algún tiempo estaban afortunadamente inactivos. Pero la espada de Damocles pendía sobre nuestras cabezas. Alguna tarascada han dado últimamente en Francia. Puñalada trapera que ha dolido también a este lado de los Pirineos y que ha despertado la adormilada angustia de nuestros corazones.
Seguíamos con miedo acumulado en los huesos después de medio siglo de terror y una indigesta lista de muertos. Francia hoy no se cree este cese. Supongo que también ellos esperan algo más. Queremos algo contundente, claro. Los más optimistas pensarán que “algo es algo” y que menos da una piedra.
Efectivamente, de una piedra sólo se puede esperar violencia si hay una mano dispuesta a lanzarla. La piedra no es mala “per se”, sólo posee maldad la mano que la manipula. Creo que Eta esconde la mano tras la que se disimula otra fatídica piedra.
Ya empieza a empañarse el panorama. ¡Poco dura la alegría en la casa del pobre! La polémica está servida: la izquierda abertzale ya ha dicho que el cese de la violencia no supone el cierre del conflicto. Que habrá un Referéndum para dirimir la independencia del País Vasco.
La decisión de Eta marcará muy de cerca el futuro político de Euskadi y, de paso, el del resto del país. La manifestación del sábado en Bilbao es todo un reflejo de lo que subyace en este tema. El sarcasmo no puede ser mayor: ¡proclaman que no puede haber ni vencedores ni vencidos!
¿Todo seguirá igual o realmente cambiará la situación si gana las elecciones el PP? Me importa poco quién saque beneficio de todo esto a nivel político. Si el PP pierde votos que van a engrosar las urnas del PSOE, me da igual. Lo que importa de verdad en este “maldito asunto” es que se acabe la violencia ejercida contra todo y contra todos. Que pidan perdón a la gruesa cantidad de víctimas. Que entreguen sin trampa ni cartón las armas.
Después de eso, la Democracia sabrá qué es lo que hay que hacer para restañar heridas. Luego quedarán flecos por resolver en los que el Estado no debe bajarse los pantalones: caso contrario, saldremos tiroteados una vez más todos nosotros. Pero es muy duro que Eta hable sólo del dolor de sus compañeros caídos y no tenga ni una palabra para las víctimas. El mensaje de Eta despierta recelos en la mayoría de ciudadanos. ¡Ha causado tanto daño…!
Soñando con una escena final de este trágico drama, hago uso de la siguiente expresión religiosa. “ETA dice 'perdón porque he pecado' (¡!)”. El perdón hay que pedirlo a las víctimas que están dispuestas a perdonar, no a olvidar. Olvidar sería tanto como morir dos veces. “El Estado responde: 'ego te absolvo a peccatis tuis'”. Pero absolver no puede significar "borrón y cuenta nueva". Sería la ocasión para que entrara en escena la Justicia. A partir de ese momento, podríamos contemplar el fin de ETA.
Nota importante: No escribo "Eta", todo con mayúsculas -sólo lo uso dos veces- porque de ninguna manera quiero que tenga más relevancia de la que ya está teniendo.
¿A quién beneficia el supuesto alto el fuego de Eta? ¿Por qué dan el comunicado desde un escenario macabro? Vienen a la memoria idénticos escenarios cargados de violencia y muerte. ¿Por qué tres encapuchados difunden el mensaje? ¿Deben seguir ocultos en la clandestinidad por lo que pueda ocurrir? Los poli-mili se presentaron todos ellos a cara descubierta cuando se disolvieron. La Eta actual ha hecho un manifiesto de intenciones que ahora se tiene que concretar en hechos.
La noticia en sí es importante y de interés general. La notificación representa una buena nueva para este atribulado país, si es verdad. Comporta un apoyo para la izquierda y un revés para la derecha, estando a un mes justo de las elecciones. Esta última afirmación carecería de importancia si de verdad estamos ante el fin de Eta. Pero creo que hablan de un “alto el fuego definitivo”, lo que no es lo mismo que una disolución.
Si de verdad Eta se disuelve es una esperanza de continuidad de la izquierda en el poder y una ayuda inestimable para el PSOE. Arzalluz, hace casi un mes, anunció que Eta nos sorprendería antes de las elecciones. Y así ha sido. Ciertamente nos ha sorprendido -que no convencido-. ¿Todo estaba atado y bien atado?
Al PP le ha saltado a la palestra un contrincante duro de roer. El triunfo de Bildu en las elecciones municipales y el claro avance electoral del PP puede estar tras la decisión de Eta. ¿Estamos ante una estrategia electoralista para darle un fuerte empuje a la izquierda abertzale y frenar al PP? Seguro.
¿Por qué encapuchados? Porque sólo enseñan el caramelo del cese de la violencia, de momento, pero no se disuelven, no entregan las armas, no piden perdón. No hay un rechazo moral del terrorismo por su parte. ¿Eta ha sido "derrotada" (la palabra aún no me cuadra) o simplemente "esquilmada" en sus mandos y, estando herida de muerte, no puede continuar? Realmente no ha ofrecido nada. Legitiman su actuación, la dan por buena. La carga ética y moral del comunicado es lamentable.
Podían haberse mojado un poco más en un claro intento de finiquitar la situación. ¿Qué factura vamos a pagar, amén de los daños materiales, personales, psicológicos y morales sufridos a lo largo de este medio siglo de terror? A Eta no se le debe nada. Si hemos de creerlos, tienen que confirmar su compromiso.
El Estado no puede renunciar a la justicia. Deberá delimitar a los miembros que están condenados, los que están pendientes de juicio, los que por imperativo legal deben someterse a la ley, la entrega de las armas y después hablaremos de acercamiento de presos, de excarcelación en determinados casos, etcétera. ¡El camino es muy largo!
Quiero imaginarme el siguiente escenario a un mes vista de las elecciones. Un decorado personalizado, vivo. Tres personajes a cara descubierta a los que se les podría “admitir” algunos “dislates” en su alocución (señalo dichos disparates en cursiva y con comillas). Quiero especular (no defender) con un comunicado sustancialmente parecido a este:
“Por el bien del País Vasco y para que triunfe en él la democracia y desaparezca la tiranía y todo vestigio de ocupación, comunicamos que en tal fecha entregaremos las armas, que lamentamos la gran cantidad de muertes ocurridas a lo largo de estos años, que pedimos perdón desde el corazón a todos las víctimas y sus familiares, que a partir de ahora vamos a luchar desde las instituciones por la democracia plena en el País Vasco, por su independencia, que hemos perdido compañeros en este largo y sangriento recorrido, a los que nosotros dedicamos un recuerdo. Por el fin de la violencia, por una paz definitiva y duradera ¡Viva la Democracia! ¡Viva Euskadi!”.
Las noticias del día después me han devuelto a la cruda realidad. Esto no ha terminado. ¿Pesimismo? No, desconfianza de alguien que oculta lo más expresivo de la persona: el rostro. Ocultamiento que no permite atisbar en esos gestos inconscientes qué transmiten los músculos faciales, la mirada… Un cuerpo sin rostro no es nada. ¿Cuánto de verdad hay en ese comunicado? Estamos ante un discurso utilitarista de los medios para seguir justificando un fin. ¡Maquiavelo en versión siglo XXI!
El cese de la violencia armada es ya una buena noticia en sí. Desde hace algún tiempo estaban afortunadamente inactivos. Pero la espada de Damocles pendía sobre nuestras cabezas. Alguna tarascada han dado últimamente en Francia. Puñalada trapera que ha dolido también a este lado de los Pirineos y que ha despertado la adormilada angustia de nuestros corazones.
Seguíamos con miedo acumulado en los huesos después de medio siglo de terror y una indigesta lista de muertos. Francia hoy no se cree este cese. Supongo que también ellos esperan algo más. Queremos algo contundente, claro. Los más optimistas pensarán que “algo es algo” y que menos da una piedra.
Efectivamente, de una piedra sólo se puede esperar violencia si hay una mano dispuesta a lanzarla. La piedra no es mala “per se”, sólo posee maldad la mano que la manipula. Creo que Eta esconde la mano tras la que se disimula otra fatídica piedra.
Ya empieza a empañarse el panorama. ¡Poco dura la alegría en la casa del pobre! La polémica está servida: la izquierda abertzale ya ha dicho que el cese de la violencia no supone el cierre del conflicto. Que habrá un Referéndum para dirimir la independencia del País Vasco.
La decisión de Eta marcará muy de cerca el futuro político de Euskadi y, de paso, el del resto del país. La manifestación del sábado en Bilbao es todo un reflejo de lo que subyace en este tema. El sarcasmo no puede ser mayor: ¡proclaman que no puede haber ni vencedores ni vencidos!
¿Todo seguirá igual o realmente cambiará la situación si gana las elecciones el PP? Me importa poco quién saque beneficio de todo esto a nivel político. Si el PP pierde votos que van a engrosar las urnas del PSOE, me da igual. Lo que importa de verdad en este “maldito asunto” es que se acabe la violencia ejercida contra todo y contra todos. Que pidan perdón a la gruesa cantidad de víctimas. Que entreguen sin trampa ni cartón las armas.
Después de eso, la Democracia sabrá qué es lo que hay que hacer para restañar heridas. Luego quedarán flecos por resolver en los que el Estado no debe bajarse los pantalones: caso contrario, saldremos tiroteados una vez más todos nosotros. Pero es muy duro que Eta hable sólo del dolor de sus compañeros caídos y no tenga ni una palabra para las víctimas. El mensaje de Eta despierta recelos en la mayoría de ciudadanos. ¡Ha causado tanto daño…!
Soñando con una escena final de este trágico drama, hago uso de la siguiente expresión religiosa. “ETA dice 'perdón porque he pecado' (¡!)”. El perdón hay que pedirlo a las víctimas que están dispuestas a perdonar, no a olvidar. Olvidar sería tanto como morir dos veces. “El Estado responde: 'ego te absolvo a peccatis tuis'”. Pero absolver no puede significar "borrón y cuenta nueva". Sería la ocasión para que entrara en escena la Justicia. A partir de ese momento, podríamos contemplar el fin de ETA.
Nota importante: No escribo "Eta", todo con mayúsculas -sólo lo uso dos veces- porque de ninguna manera quiero que tenga más relevancia de la que ya está teniendo.
PEPE CANTILLO
