¡Ay, pena, penita, pena! Mi dulce ministra, mi niña serena gaditana... se nos va. El Jefe así lo ha decidido, y así ha de hacerse. Se acabó el sueño de la igualdá, de la paridá, de la reinvención lingüística... Se nos marchó la belleza trémula de este Gobierno.
¿Quién nos ofrecerá nuevas palabras y palabros? ¿Quién nos emocionará con teléfonos y teléfonas para atender a posibles maltratadores y maltratadoras? ¡Ah, perdón! El teléfono era sólo para hombres: las mujeres maltratadoras no existen, como en aquel chiste de Papá Noel, la mujer y el hombre inteligente...
Bibiana no se va sola. La acompañan Moratinos –menos mal que desechó la idea de ir como candidato a la Alcaldía de Córdoba-, Corbacho –el pobre hombre que quiso sin saber que no podía-, Beatriz Corredor y Elena Espinosa -¿Quiénes, dice usted?- y María Teresa, la Barbie Abuela, la del fondo de armario infinito, la durísima mano dura que siempre miraba hacia otro lado si los malos eran los suyos.
Zapatero ha tomado carrerilla y ha saltado al vacío en un desesperado intento por reducir la brecha tendente a infinito entre las líneas rojas y azules de las encuestas. Y lo ha hecho con una operación estratégica sobresaliente: Rajoy debe empezar a pensar en que la táctica usada hasta ahora no le va a servir de nada.
No en vano, el presidente ha recurrido al auténtico Joseph Goebbels de la democracia española. Es curioso, maneja las mismas técnicas manipulatorias que el criminal nazi y, sin embargo, cuando le veo, me recuerda al típico judío de las viejas historias: encorvado, taimado, ladino y avaricioso.
¡Ojo! Para todos aquellos que ya han cargado la recortada, aprestándose a fulminarme en los comentarios posteriores, quiero aclarar que sólo se trata de una imagen metafórica, no de una valoración. Ya podéis disparar.
Lo que sí que es cierto es que este hombre se ha convertido en el cardenal Richelieu de Zapatero; este hombre, el mismo que dijo que “los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta” y, poco tiempo después, negó hasta la saciedad cualquier intento de su Gobierno de negociación con ETA.
Llegan otros, y otras, también. Valeriano Gómez, un buen técnico, casi desconocido, cuyas primeras palabras han sido negar que estaba en contra de la Reforma Laboral –menos mal que existen las hemerotecas, menuda caradura-. Ramón Jáuregui, un político enormemente elegante, centrado y sensato –seguramente, la mejor incorporación de este Gobierno renovado (no nuevo)-.
¡Y Rosa! Nuestra querida Rosa, que tanto bien (¿?) hizo en Córdoba cuando era alcaldesa de Izquierda Unida. Ahora, como ya no es de nadie, supongo que tendrá libertad para cantar las cuarenta a sus compis de mesa, tal y como las cantaba en su época anterior.
Y por fin... Leire Pajín. La gran vidente, la médium visionaria de conjunciones planetarias y universales. Ella –Leire Lengua de Serpiente- es la clave de este nuevo Gobierno, sin duda alguna. Ella va a resolver sola el problema de las pensiones y el drama del paro. Al frente de Sanidad, es probable que pronto no quede nadie vivo en España.
PD.- Olvidaos de eso que dicen de que Rubalcaba será el candidato. El PSOE jamás ha presentado un candidato tan feo.
¿Quién nos ofrecerá nuevas palabras y palabros? ¿Quién nos emocionará con teléfonos y teléfonas para atender a posibles maltratadores y maltratadoras? ¡Ah, perdón! El teléfono era sólo para hombres: las mujeres maltratadoras no existen, como en aquel chiste de Papá Noel, la mujer y el hombre inteligente...
Bibiana no se va sola. La acompañan Moratinos –menos mal que desechó la idea de ir como candidato a la Alcaldía de Córdoba-, Corbacho –el pobre hombre que quiso sin saber que no podía-, Beatriz Corredor y Elena Espinosa -¿Quiénes, dice usted?- y María Teresa, la Barbie Abuela, la del fondo de armario infinito, la durísima mano dura que siempre miraba hacia otro lado si los malos eran los suyos.
Zapatero ha tomado carrerilla y ha saltado al vacío en un desesperado intento por reducir la brecha tendente a infinito entre las líneas rojas y azules de las encuestas. Y lo ha hecho con una operación estratégica sobresaliente: Rajoy debe empezar a pensar en que la táctica usada hasta ahora no le va a servir de nada.
No en vano, el presidente ha recurrido al auténtico Joseph Goebbels de la democracia española. Es curioso, maneja las mismas técnicas manipulatorias que el criminal nazi y, sin embargo, cuando le veo, me recuerda al típico judío de las viejas historias: encorvado, taimado, ladino y avaricioso.
¡Ojo! Para todos aquellos que ya han cargado la recortada, aprestándose a fulminarme en los comentarios posteriores, quiero aclarar que sólo se trata de una imagen metafórica, no de una valoración. Ya podéis disparar.
Lo que sí que es cierto es que este hombre se ha convertido en el cardenal Richelieu de Zapatero; este hombre, el mismo que dijo que “los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta” y, poco tiempo después, negó hasta la saciedad cualquier intento de su Gobierno de negociación con ETA.
Llegan otros, y otras, también. Valeriano Gómez, un buen técnico, casi desconocido, cuyas primeras palabras han sido negar que estaba en contra de la Reforma Laboral –menos mal que existen las hemerotecas, menuda caradura-. Ramón Jáuregui, un político enormemente elegante, centrado y sensato –seguramente, la mejor incorporación de este Gobierno renovado (no nuevo)-.
¡Y Rosa! Nuestra querida Rosa, que tanto bien (¿?) hizo en Córdoba cuando era alcaldesa de Izquierda Unida. Ahora, como ya no es de nadie, supongo que tendrá libertad para cantar las cuarenta a sus compis de mesa, tal y como las cantaba en su época anterior.
Y por fin... Leire Pajín. La gran vidente, la médium visionaria de conjunciones planetarias y universales. Ella –Leire Lengua de Serpiente- es la clave de este nuevo Gobierno, sin duda alguna. Ella va a resolver sola el problema de las pensiones y el drama del paro. Al frente de Sanidad, es probable que pronto no quede nadie vivo en España.
PD.- Olvidaos de eso que dicen de que Rubalcaba será el candidato. El PSOE jamás ha presentado un candidato tan feo.
MARIO J. HURTADO
