La tradicional pisa de la uva volvió a congregar anoche a centenares de montillanos en la Plaza de la Merced, donde la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de La Estrella y Nuestra Señora de las Viñas había dispuesto la popular artesa junto a la conocida "iglesia chica". Fue allí donde, en un enclave cargado de simbolismo, en el corazón mismo de la Barriada de las Casas Nuevas, se repitió el gesto ancestral de extraer el mosto a la antigua usanza para ofrecérselo a la patrona del noble gremio de la vid y el vino.
El broche de oro a esta jornada comenzó unas horas antes, con la Misa Flamenca celebrada en el Patio de La Marquesina de Bodegas Pérez Barquero. Tras un sencillo reconocimiento a Francisco Vílchez Llamas por su labor como venenciador en esta solemne eucaristía, el eco de la guitarra de Curro Cruz dio paso al traslado de la pequeña imagen de la Virgen de las Viñas, que recorrió las calles acompañada por la Banda Pascual Marquina, cuyas notas imprimieron solemnidad y alegría a partes iguales.
El cortejo fue aún más vistoso gracias a la participación de numerosos niños y niñas vestidas de flamenca, que portaban canastillas repletas de uva. Y esa estampa, tan característica y tan propia del septiembre montillano, devolvió a las personas de más edad la sensación de estar regresando a sus años de juventud.
El momento más esperado llegó con la ofrenda simbólica del primer mosto del año. La imagen de la Virgen se situó en el escenario preparado en la plaza y, allí, recibió el líquido parduzco que acababa de brotar de la tradicional prensa.
Los vendimiadores mayores, Inmaculada Jiménez Rodríguez y Manuel Cardeñosa Carmona, fueron los encargados de ordenar el inicio de la vendimia, junto a Miguel Sánchez Luque como Capataz de Bodega y de Antonio Calzado Sebastianes como Capataz de Campo, un gesto sencillo que simboliza la unión entre la fe, el trabajo en el campo y la celebración compartida por todo un pueblo.
La víspera festiva, sin embargo, no se limitó a la liturgia del primer mosto del año. El programa de la LXX Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles incluyó una oferta variada que atrajo a públicos muy distintos. Así, el III Triatlón Cros de Menores, organizado por el Club Deportivo Atlético Gran Capitán, puso la nota deportiva a una jornada en la que también destacó el espectáculo ecuestre de obstáculos que acogió la Pista Hípica Municipal. La cita, impulsada por la Asociación Cultural Benéfica Grupo Romero Virgen de las Viñas y Amigos del Caballo, en colaboración con la Concejalía de Festejos, reunió a aficionados al mundo ecuestre en un ambiente familiar y festivo.
Tampoco faltó el fútbol, gracias al XIV Torneo de la Vendimia de Fútbol Femenino, que el Club Deportivo Femenino "Paquillo Moreno" desarrolló en el Estadio Miguel Navarro. Mientras tanto, en el Paseo de Las Mercedes volvió a abrir sus puertas el esperado Túnel del Vino, uno de los grandes atractivos de la fiesta.
Hasta 130 referencias de 24 bodegas y lagares de la Denominación de Origen Protegida Montilla-Moriles, entre vinos, vinagres, vermús y destilados, pudieron ser degustados por visitantes y vecinos. Un espacio que, más allá de su carácter lúdico, se ha convertido en un escaparate imprescindible para mostrar la riqueza enológica de la comarca.
La gastronomía también tuvo su lugar destacado. La Asociación de Vecinos "Gran Capitán" organizó su tradicional paella de confraternidad, que sirvió como punto de encuentro entre vecinos de la popular barriada de las Casas Nuevas, la más poblada de Montilla.
Por otro lado, Bodegas Alvear volvió a transformarse en escenario cultural gracias a la Vendimia Teatral, una propuesta innovadora en formato de microteatro que, dirigida por el dramaturgo montillano Juan Carlos Rubio, ha conquistado al público hasta el punto de agotar las entradas en todas sus sesiones. Pese a programar cuatro pases diarios para grupos reducidos de 25 personas, la organización se vio obligada a añadir un cuarto día de representaciones, que continuará durante la tarde de hoy.
La música tomó finalmente el relevo en distintos rincones de la ciudad. En la caseta de la Asociación de Vecinos "Gran Capitán" actuó el Dúo Energía, mientras que en la Plaza de la Merced lo hicieron el Grupo Dolly Rock Party Band y DJ Edo, que mantuvieron a los asistentes en pie hasta pasadas las 2.00 de la madrugada. Una banda sonora que acompañó el cierre de una jornada intensa, marcada por la emoción, la tradición y el espíritu de convivencia que define, desde hace décadas, la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles.
La Fiesta de la Vendimia tiene su origen en la Feria Real de Belén y es la más antigua de las que se celebran en la ciudad. Fue concedida en virtud de una instancia dirigida al Consejo Real por Fermín Antonio Lumbreras en nombre de Francisco Rioboó y del procurador general montillano José Matías de Luque. En 1816, el Rey Fernando VII autorizó la celebración de la feria durante los tres primeros días de septiembre.
La Fiesta de la Vendimia fue declarada "De Interés Turístico Nacional" el 10 de diciembre de 1974, tras la celebración de dieciséis ediciones. En el expediente relacionado con la declaración de Interés Turístico de la Fiesta, que se inició el 10 de febrero de 1972, se establecía que “el día 13 de noviembre de 1955, un grupo de obreros, empleados y patronos del gremio vitivinícola montillano, se reunieron para fundar la Hermandad que bajo el título y patrocinio de Nuestra Señora de las Viñas, había de agrupar a todos los que de alguna manera están vinculados a la principal riqueza del pueblo”.
El broche de oro a esta jornada comenzó unas horas antes, con la Misa Flamenca celebrada en el Patio de La Marquesina de Bodegas Pérez Barquero. Tras un sencillo reconocimiento a Francisco Vílchez Llamas por su labor como venenciador en esta solemne eucaristía, el eco de la guitarra de Curro Cruz dio paso al traslado de la pequeña imagen de la Virgen de las Viñas, que recorrió las calles acompañada por la Banda Pascual Marquina, cuyas notas imprimieron solemnidad y alegría a partes iguales.
El cortejo fue aún más vistoso gracias a la participación de numerosos niños y niñas vestidas de flamenca, que portaban canastillas repletas de uva. Y esa estampa, tan característica y tan propia del septiembre montillano, devolvió a las personas de más edad la sensación de estar regresando a sus años de juventud.
El momento más esperado llegó con la ofrenda simbólica del primer mosto del año. La imagen de la Virgen se situó en el escenario preparado en la plaza y, allí, recibió el líquido parduzco que acababa de brotar de la tradicional prensa.
Los vendimiadores mayores, Inmaculada Jiménez Rodríguez y Manuel Cardeñosa Carmona, fueron los encargados de ordenar el inicio de la vendimia, junto a Miguel Sánchez Luque como Capataz de Bodega y de Antonio Calzado Sebastianes como Capataz de Campo, un gesto sencillo que simboliza la unión entre la fe, el trabajo en el campo y la celebración compartida por todo un pueblo.
La víspera festiva, sin embargo, no se limitó a la liturgia del primer mosto del año. El programa de la LXX Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles incluyó una oferta variada que atrajo a públicos muy distintos. Así, el III Triatlón Cros de Menores, organizado por el Club Deportivo Atlético Gran Capitán, puso la nota deportiva a una jornada en la que también destacó el espectáculo ecuestre de obstáculos que acogió la Pista Hípica Municipal. La cita, impulsada por la Asociación Cultural Benéfica Grupo Romero Virgen de las Viñas y Amigos del Caballo, en colaboración con la Concejalía de Festejos, reunió a aficionados al mundo ecuestre en un ambiente familiar y festivo.
Tampoco faltó el fútbol, gracias al XIV Torneo de la Vendimia de Fútbol Femenino, que el Club Deportivo Femenino "Paquillo Moreno" desarrolló en el Estadio Miguel Navarro. Mientras tanto, en el Paseo de Las Mercedes volvió a abrir sus puertas el esperado Túnel del Vino, uno de los grandes atractivos de la fiesta.
Hasta 130 referencias de 24 bodegas y lagares de la Denominación de Origen Protegida Montilla-Moriles, entre vinos, vinagres, vermús y destilados, pudieron ser degustados por visitantes y vecinos. Un espacio que, más allá de su carácter lúdico, se ha convertido en un escaparate imprescindible para mostrar la riqueza enológica de la comarca.
La gastronomía también tuvo su lugar destacado. La Asociación de Vecinos "Gran Capitán" organizó su tradicional paella de confraternidad, que sirvió como punto de encuentro entre vecinos de la popular barriada de las Casas Nuevas, la más poblada de Montilla.
Por otro lado, Bodegas Alvear volvió a transformarse en escenario cultural gracias a la Vendimia Teatral, una propuesta innovadora en formato de microteatro que, dirigida por el dramaturgo montillano Juan Carlos Rubio, ha conquistado al público hasta el punto de agotar las entradas en todas sus sesiones. Pese a programar cuatro pases diarios para grupos reducidos de 25 personas, la organización se vio obligada a añadir un cuarto día de representaciones, que continuará durante la tarde de hoy.
La música tomó finalmente el relevo en distintos rincones de la ciudad. En la caseta de la Asociación de Vecinos "Gran Capitán" actuó el Dúo Energía, mientras que en la Plaza de la Merced lo hicieron el Grupo Dolly Rock Party Band y DJ Edo, que mantuvieron a los asistentes en pie hasta pasadas las 2.00 de la madrugada. Una banda sonora que acompañó el cierre de una jornada intensa, marcada por la emoción, la tradición y el espíritu de convivencia que define, desde hace décadas, la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles.
Una fiesta con gran arraigo histórico
La Fiesta de la Vendimia tiene su origen en la Feria Real de Belén y es la más antigua de las que se celebran en la ciudad. Fue concedida en virtud de una instancia dirigida al Consejo Real por Fermín Antonio Lumbreras en nombre de Francisco Rioboó y del procurador general montillano José Matías de Luque. En 1816, el Rey Fernando VII autorizó la celebración de la feria durante los tres primeros días de septiembre.
La Fiesta de la Vendimia fue declarada "De Interés Turístico Nacional" el 10 de diciembre de 1974, tras la celebración de dieciséis ediciones. En el expediente relacionado con la declaración de Interés Turístico de la Fiesta, que se inició el 10 de febrero de 1972, se establecía que “el día 13 de noviembre de 1955, un grupo de obreros, empleados y patronos del gremio vitivinícola montillano, se reunieron para fundar la Hermandad que bajo el título y patrocinio de Nuestra Señora de las Viñas, había de agrupar a todos los que de alguna manera están vinculados a la principal riqueza del pueblo”.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR


















































































