El Real Madrid se clasificó ayer tarde para las semifinales del Mundial de Clubes Juvenil tras imponerse al River Plate por 0-2, en un Estadio Municipal "Miguel Navarro Polonio" de Montilla que vivió una jornada vibrante y con las gradas abarrotadas. Pese a estar enmarcado en un torneo a priori amistoso, el encuentro tuvo más tintes de batalla que de partido de convivencia, dejando imágenes de fútbol brillante pero, también, de excesiva agresividad.
El arranque fue equilibrado. Los dos equipos se tantearon con respeto, aunque las ocasiones aparecieron pronto. Córcoba estuvo a punto de adelantar a los blancos, vestidos para la ocasión con su segunda equipación azul, con un remate dentro del área que repelió con acierto el portero Buratti. En la réplica, Lautaro Pereyra desperdició la mejor oportunidad de River al enviar alto un disparo con todo a favor y el guardameta madridista ya superado.
El choque se tensó al filo del descanso. Gonzalo Pereyra perdió la calma y, en plena disputa, golpeó con una patada en el rostro a Rubén López. La acción, cometida delante del asistente y del árbitro, desembocó en una roja directa indiscutible. Su salida de campo, con gestos hacia la grada, empañó aún más la actuación del conjunto argentino.
La reanudación trajo consigo la pegada del Real Madrid. Bryan Bugarín ejecutó una falta lateral que Mateo Garrido convirtió en gol con un remate acrobático que evocó el histórico tanto de Johan Cruyff al Atlético en los años setenta. Poco después, otra falta en la frontal significó la segunda expulsión para River, esta vez de Cirilo Pereyra, que derribó a Yeremaiah Ramos cuando encaraba portería. El propio Bugarín se encargó de transformar la acción en el 0-2 con un disparo sutil y preciso, de los que levantan aplausos sinceros.
River no supo canalizar la frustración. Una dura entrada de Quevedo acarreó su doble amonestación y, al término del partido, se vivieron momentos tensos con jugadores argentinos encarando al colegiado, protegidos por la plantilla madridista. El epílogo fue bronco, aunque el Real Madrid ya había certificado su billete a semifinales, donde se medirá mañana lunes a la Sociedade Esportiva Palmeiras en el estadio Nuevo Arcángel de Córdoba.
El ambiente en Montilla, no obstante, también tuvo espacio para la emoción positiva. La presencia de Marcelo Vieira, leyenda del Real Madrid, fue uno de los grandes atractivos de la jornada. El exlateral brasileño acudió al Estadio "Miguel Navarro Polonio" para seguir de cerca a su hijo Enzo Alves, delantero de la cantera blanca que ya ha sido convocado por la Selección Española Sub-17. Su sola aparición en la grada levantó la admiración de pequeños y mayores, conscientes de estar cerca de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos.
La intensísima jornada en Montilla continuó con otro partido de alto voltaje. El Fútbol Club Barcelona, con su Juvenil B, se midió al siempre competitivo Corinthians y firmó una de las eliminatorias más emocionantes del torneo. El equipo azulgrana, dirigido por Cesc Bosch y Jordi Poma, salió con descaro pese a la diferencia de edad con algunos rivales. Con la velocidad de Byron Mendoza y la chispa de Iu Martínez, el Barça se adelantó pronto: en el minuto 7, Gorka Buil empujó a la red un balón que ya había quedado a centímetros de la línea.
El dominio culé fue evidente durante muchos tramos. Adam Argemí y Genís Clua rozaron el segundo tanto con disparos lejanos, aunque el Corinthians también apretó y vio cómo le anulaban un gol por fuera de juego a Cristian Junio. El guion cambió tras el descanso. Iago Machado empató con un cabezazo en una falta lateral y, aunque Pol Mancheño devolvió la ventaja a los azulgranas en el minuto 50 tras una buena jugada de Pau Bergés, los brasileños volvieron a empatar a balón parado con Guilherme Amorim.
El 2-2 obligó a los penaltis y ahí emergió la figura de Gerard Valls —más conocido como Gere—. El portero del Barcelona detuvo dos lanzamientos decisivos y se convirtió en héroe de la noche, asegurando la clasificación de los culés para semifinales. La tanda dejó también la rúbrica de Raúl Expósito, Pau Bergés, Xavi Miràngels y Joan Inglés, que no fallaron desde los once metros. La alegría de los jóvenes azulgranas fue desbordante, conscientes de haber superado a un rival poderoso y de estar entre los cuatro mejores del campeonato.
Ahora, el Barcelona se enfrentará en Córdoba al Racing Club de Avellaneda, que ya demostró su pegada frente al Real Betis Balompié en un espectacular 5-4. La otra semifinal medirá a Palmeiras con el Real Madrid. Con ambos gigantes del fútbol español todavía vivos en la competición, la provincia de Córdoba se prepara para un desenlace apasionante en un torneo que ya ha demostrado que combina intensidad, talento y emoción a partes iguales.
Montilla, una de las sedes más activas de este Trofeo Al-Ándalus, volvió a situarse ayer en el mapa del fútbol juvenil internacional. El respaldo institucional del Ayuntamiento de Montilla y de la Diputación de Córdoba, junto al trabajo organizativo de Manolo Sanchís, otra de las leyendas merengues que se han dejado ver por Montilla en estos días, han permitido que la Ciudad del Vino acoja noches de fútbol en las que se respiraba la ilusión de ver de cerca a quienes podrían ser las estrellas de mañana.
El Mundial de Clubes Juvenil vivirá mañana lunes sus semifinales en el estadio Nuevo Arcángel de Córdoba, en una jornada que promete emociones fuertes. El Real Madrid se medirá a la Sociedade Esportiva Palmeiras en un cruce de enorme exigencia, con los blancos conscientes de que necesitarán más serenidad que la mostrada ayer en Montilla ante River para imponerse a la potencia brasileña.
Por su parte, el Fútbol Club Barcelona se verá las caras con el Racing Club de Avellaneda, que ya demostró su pegada frente al Real Betis Balompié en un espectacular 5-4. Los azulgranas llegan reforzados por la épica tanda de penaltis ante Corinthians y por el hambre de un bloque que, pese a su juventud, se atreve a discutirle el balón a cualquiera.
Con los dos gigantes del fútbol español aún en liza, junto a dos referentes de la cantera sudamericana, el torneo alcanza su recta decisiva con el ambiente de gran cita que Córdoba esperaba. La final del próximo miércoles se intuye apasionante y, pase lo que pase, servirá para confirmar que este Mundial Sub-18 ya se ha convertido en uno de los acontecimientos deportivos del año en la provincia.
El arranque fue equilibrado. Los dos equipos se tantearon con respeto, aunque las ocasiones aparecieron pronto. Córcoba estuvo a punto de adelantar a los blancos, vestidos para la ocasión con su segunda equipación azul, con un remate dentro del área que repelió con acierto el portero Buratti. En la réplica, Lautaro Pereyra desperdició la mejor oportunidad de River al enviar alto un disparo con todo a favor y el guardameta madridista ya superado.
El choque se tensó al filo del descanso. Gonzalo Pereyra perdió la calma y, en plena disputa, golpeó con una patada en el rostro a Rubén López. La acción, cometida delante del asistente y del árbitro, desembocó en una roja directa indiscutible. Su salida de campo, con gestos hacia la grada, empañó aún más la actuación del conjunto argentino.
La reanudación trajo consigo la pegada del Real Madrid. Bryan Bugarín ejecutó una falta lateral que Mateo Garrido convirtió en gol con un remate acrobático que evocó el histórico tanto de Johan Cruyff al Atlético en los años setenta. Poco después, otra falta en la frontal significó la segunda expulsión para River, esta vez de Cirilo Pereyra, que derribó a Yeremaiah Ramos cuando encaraba portería. El propio Bugarín se encargó de transformar la acción en el 0-2 con un disparo sutil y preciso, de los que levantan aplausos sinceros.
River no supo canalizar la frustración. Una dura entrada de Quevedo acarreó su doble amonestación y, al término del partido, se vivieron momentos tensos con jugadores argentinos encarando al colegiado, protegidos por la plantilla madridista. El epílogo fue bronco, aunque el Real Madrid ya había certificado su billete a semifinales, donde se medirá mañana lunes a la Sociedade Esportiva Palmeiras en el estadio Nuevo Arcángel de Córdoba.
El ambiente en Montilla, no obstante, también tuvo espacio para la emoción positiva. La presencia de Marcelo Vieira, leyenda del Real Madrid, fue uno de los grandes atractivos de la jornada. El exlateral brasileño acudió al Estadio "Miguel Navarro Polonio" para seguir de cerca a su hijo Enzo Alves, delantero de la cantera blanca que ya ha sido convocado por la Selección Española Sub-17. Su sola aparición en la grada levantó la admiración de pequeños y mayores, conscientes de estar cerca de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos.
La intensísima jornada en Montilla continuó con otro partido de alto voltaje. El Fútbol Club Barcelona, con su Juvenil B, se midió al siempre competitivo Corinthians y firmó una de las eliminatorias más emocionantes del torneo. El equipo azulgrana, dirigido por Cesc Bosch y Jordi Poma, salió con descaro pese a la diferencia de edad con algunos rivales. Con la velocidad de Byron Mendoza y la chispa de Iu Martínez, el Barça se adelantó pronto: en el minuto 7, Gorka Buil empujó a la red un balón que ya había quedado a centímetros de la línea.
El dominio culé fue evidente durante muchos tramos. Adam Argemí y Genís Clua rozaron el segundo tanto con disparos lejanos, aunque el Corinthians también apretó y vio cómo le anulaban un gol por fuera de juego a Cristian Junio. El guion cambió tras el descanso. Iago Machado empató con un cabezazo en una falta lateral y, aunque Pol Mancheño devolvió la ventaja a los azulgranas en el minuto 50 tras una buena jugada de Pau Bergés, los brasileños volvieron a empatar a balón parado con Guilherme Amorim.
El 2-2 obligó a los penaltis y ahí emergió la figura de Gerard Valls —más conocido como Gere—. El portero del Barcelona detuvo dos lanzamientos decisivos y se convirtió en héroe de la noche, asegurando la clasificación de los culés para semifinales. La tanda dejó también la rúbrica de Raúl Expósito, Pau Bergés, Xavi Miràngels y Joan Inglés, que no fallaron desde los once metros. La alegría de los jóvenes azulgranas fue desbordante, conscientes de haber superado a un rival poderoso y de estar entre los cuatro mejores del campeonato.
Ahora, el Barcelona se enfrentará en Córdoba al Racing Club de Avellaneda, que ya demostró su pegada frente al Real Betis Balompié en un espectacular 5-4. La otra semifinal medirá a Palmeiras con el Real Madrid. Con ambos gigantes del fútbol español todavía vivos en la competición, la provincia de Córdoba se prepara para un desenlace apasionante en un torneo que ya ha demostrado que combina intensidad, talento y emoción a partes iguales.
Montilla, una de las sedes más activas de este Trofeo Al-Ándalus, volvió a situarse ayer en el mapa del fútbol juvenil internacional. El respaldo institucional del Ayuntamiento de Montilla y de la Diputación de Córdoba, junto al trabajo organizativo de Manolo Sanchís, otra de las leyendas merengues que se han dejado ver por Montilla en estos días, han permitido que la Ciudad del Vino acoja noches de fútbol en las que se respiraba la ilusión de ver de cerca a quienes podrían ser las estrellas de mañana.
Todo listo para las semifinales
El Mundial de Clubes Juvenil vivirá mañana lunes sus semifinales en el estadio Nuevo Arcángel de Córdoba, en una jornada que promete emociones fuertes. El Real Madrid se medirá a la Sociedade Esportiva Palmeiras en un cruce de enorme exigencia, con los blancos conscientes de que necesitarán más serenidad que la mostrada ayer en Montilla ante River para imponerse a la potencia brasileña.
Por su parte, el Fútbol Club Barcelona se verá las caras con el Racing Club de Avellaneda, que ya demostró su pegada frente al Real Betis Balompié en un espectacular 5-4. Los azulgranas llegan reforzados por la épica tanda de penaltis ante Corinthians y por el hambre de un bloque que, pese a su juventud, se atreve a discutirle el balón a cualquiera.
Con los dos gigantes del fútbol español aún en liza, junto a dos referentes de la cantera sudamericana, el torneo alcanza su recta decisiva con el ambiente de gran cita que Córdoba esperaba. La final del próximo miércoles se intuye apasionante y, pase lo que pase, servirá para confirmar que este Mundial Sub-18 ya se ha convertido en uno de los acontecimientos deportivos del año en la provincia.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA
FOTOGRAFÍA: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA
