El escritor y periodista estadounidense Edgar Allan Poe, uno de los maestros universales del relato corto, acaba de convertirse, a título póstumo, en “embajador universal” del Amontillado. La Cofradía de la Viña y el Vino, un colectivo que, desde su fundación en 1990, ha demostrado su compromiso con la promoción y con la defensa de los vinos que se elaboran en la zona Montilla-Moriles, escenificó el singular nombramiento en la bodega de Casa Palop, un histórico edificio que se ubica en la calle Escuelas y que fue parte del conjunto arquitectónico del Colegio de los Jesuitas de Montilla entre los siglos XVI y XVIII, además de Convento de Franciscanos entre 1796 y 1835.
El homenaje de la Cofradía de la Viña y el Vino giró en torno, claro está, de El barril de amontillado, el popular cuento de Edgar Allan Poe, publicado por vez primera en 1846, uno de los relatos de la etapa final del escritor bostoniano. No en vano, fue escrito poco tiempo antes del inicio de su declive definitivo y tres años antes de su fallecimiento en extrañas circunstancias, a la edad de 40 años.
La obra ha inspirado cortometrajes como El Tonel, que Narciso Ibáñez Serrador incluyó en su célebre programa Historias para no dormir, e incluso discos, como Tales of Mystery and Imagination, de Eric Woolfson y Alan Parsons, o la canción Stein um stein, del grupo alemán Rammstein.
Ahora, el espíritu de Edgar Allan Poe descansa en una bota de Amontillado de la centenaria bodega situada en el sótano de Casa Palop, que fue utilizado para tal fin, en el siglo XVI, por los jesuitas en su colegio montillano y posteriormente, tras la expulsión de los seguidores de San Ignacio de Loyola, como cellarium de la orden franciscana montillana allí instalada.
En este ambiente cargado de historia y de simbolismos tuvo lugar un acto del Gran Capítulo de la Cofradía de la Viña y el Vino, en el que se homenajeó al escritor Edgar Allan Poe, nombrándolo "embajador universal del Amontillado", un tipo de vino así denominado universalmente "por evolucionar espontáneamente de la forma en que lo han hecho los vinos de Montilla, al menos, tres siglos antes de que se reconociera y popularizara por parte de los bodegueros jerezanos", explicó el ingeniero agrónomo montillano Luis Navarro García que, hasta su jubilación, trabajó en el centro con el que el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) cuenta en Las Torres-Tomejil, en la provincia de Sevilla.
El acto promovido por la Cofradía de la Viña y el Vino contó con la asistencia de la mayoría de los cofrades, ataviados con su medalla y traje oscuro, actuando como maestro de ceremonias José Antonio Ponferrada Cerezo, miembro de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.
Tras una bienvenida del ingeniero técnico agrícola Juan Portero Laguna (cofrade Rociador), el ponente procedió a la lectura de los textos: una semblanza escrita por Rubén Darío de la vida y obra de Poe; un fragmento de la obra The cask of amontillado y otro de la obra Glorias del Amontillado, cuya autoría corresponde a José Ponferrada Gómez y al propio José Antonio Ponferrada Cerezo.
A la vez que se proyectaban las imágenes de la citada obra en los muros de la bodega, en un determinado momento sonó la obra músical The cask of amontillado de Alan Parsons, como fondo de los pasajes. Intercalados en estas presentaciones se brindó por tres veces con un Amontillado viejísimo, en honor del gran escritor de Boston.
Para concluir las lecturas intervino el escritor, historiador y bibliógrafo José Antonio Cerezo Aranda, cofrade Pajuela, que recordó que, en principio, “Poe fue enterrado sin lápida alguna, porque la que estaba dispuesta se malogró". Por este motivo, según detalló el director honorario de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, "le colocaron un elemental bloque de arenisca con la escueta inscripción número 80 y así permaneció durante bastantes años”.
Por este motivo, se procedió a presentar ante los asistentes un barril de Amontillado de más de cien años con la leyenda “80” y la indicación de la fecha y el número de arrobas que contiene. Un tonel de roble americano en el que el espíritu de Poe descansará para siempre. La inscripción fue realizada por el reconocido artista montillano Antonio Martínez Marqués, cofrade Canilla, autor asimismo del cartel anunciador de este singular acto.
La entidad, de la que forman parte personalidades de la cultura como el Nobel Mario Vargas Llosa, el escritor Antonio Gala, el periodista Luis del Olmo o el conocido hispanista Ian Gibson, también organiza la Ruta de los Lagares de Montilla-Moriles, fomentando además el hermanamiento con denominaciones de origen de productos afines al vino.
El homenaje de la Cofradía de la Viña y el Vino giró en torno, claro está, de El barril de amontillado, el popular cuento de Edgar Allan Poe, publicado por vez primera en 1846, uno de los relatos de la etapa final del escritor bostoniano. No en vano, fue escrito poco tiempo antes del inicio de su declive definitivo y tres años antes de su fallecimiento en extrañas circunstancias, a la edad de 40 años.
La obra ha inspirado cortometrajes como El Tonel, que Narciso Ibáñez Serrador incluyó en su célebre programa Historias para no dormir, e incluso discos, como Tales of Mystery and Imagination, de Eric Woolfson y Alan Parsons, o la canción Stein um stein, del grupo alemán Rammstein.
Ahora, el espíritu de Edgar Allan Poe descansa en una bota de Amontillado de la centenaria bodega situada en el sótano de Casa Palop, que fue utilizado para tal fin, en el siglo XVI, por los jesuitas en su colegio montillano y posteriormente, tras la expulsión de los seguidores de San Ignacio de Loyola, como cellarium de la orden franciscana montillana allí instalada.
En este ambiente cargado de historia y de simbolismos tuvo lugar un acto del Gran Capítulo de la Cofradía de la Viña y el Vino, en el que se homenajeó al escritor Edgar Allan Poe, nombrándolo "embajador universal del Amontillado", un tipo de vino así denominado universalmente "por evolucionar espontáneamente de la forma en que lo han hecho los vinos de Montilla, al menos, tres siglos antes de que se reconociera y popularizara por parte de los bodegueros jerezanos", explicó el ingeniero agrónomo montillano Luis Navarro García que, hasta su jubilación, trabajó en el centro con el que el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) cuenta en Las Torres-Tomejil, en la provincia de Sevilla.
El acto promovido por la Cofradía de la Viña y el Vino contó con la asistencia de la mayoría de los cofrades, ataviados con su medalla y traje oscuro, actuando como maestro de ceremonias José Antonio Ponferrada Cerezo, miembro de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.
Tras una bienvenida del ingeniero técnico agrícola Juan Portero Laguna (cofrade Rociador), el ponente procedió a la lectura de los textos: una semblanza escrita por Rubén Darío de la vida y obra de Poe; un fragmento de la obra The cask of amontillado y otro de la obra Glorias del Amontillado, cuya autoría corresponde a José Ponferrada Gómez y al propio José Antonio Ponferrada Cerezo.
A la vez que se proyectaban las imágenes de la citada obra en los muros de la bodega, en un determinado momento sonó la obra músical The cask of amontillado de Alan Parsons, como fondo de los pasajes. Intercalados en estas presentaciones se brindó por tres veces con un Amontillado viejísimo, en honor del gran escritor de Boston.
Para concluir las lecturas intervino el escritor, historiador y bibliógrafo José Antonio Cerezo Aranda, cofrade Pajuela, que recordó que, en principio, “Poe fue enterrado sin lápida alguna, porque la que estaba dispuesta se malogró". Por este motivo, según detalló el director honorario de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, "le colocaron un elemental bloque de arenisca con la escueta inscripción número 80 y así permaneció durante bastantes años”.
Por este motivo, se procedió a presentar ante los asistentes un barril de Amontillado de más de cien años con la leyenda “80” y la indicación de la fecha y el número de arrobas que contiene. Un tonel de roble americano en el que el espíritu de Poe descansará para siempre. La inscripción fue realizada por el reconocido artista montillano Antonio Martínez Marqués, cofrade Canilla, autor asimismo del cartel anunciador de este singular acto.
Una entidad comprometida con la zona Montilla-Moriles
Desde su fundación en 1990, los integrantes de la Cofradía de la Viña y el Vino han demostrado su compromiso con la promoción y con la defensa de los caldos que se elaboran en la zona. No en vano, el colectivo tiene como principal objetivo contribuir al conocimiento de las excelentes cualidades de los vinos de la DOP Montilla-Moriles a través de la organización de actos periódicos de carácter cultural como son las Exaltaciones y Salutaciones al Vino, así como ceremonias de investidura de nuevos Cofrades, Cofrades de Mérito, Embajadores y Mentores a personas que destacan por la defensa y vinculación al vino de Montilla.La entidad, de la que forman parte personalidades de la cultura como el Nobel Mario Vargas Llosa, el escritor Antonio Gala, el periodista Luis del Olmo o el conocido hispanista Ian Gibson, también organiza la Ruta de los Lagares de Montilla-Moriles, fomentando además el hermanamiento con denominaciones de origen de productos afines al vino.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: JAVIER PORTERO (CEDIDAS)
REPORTAJE GRÁFICO: JAVIER PORTERO (CEDIDAS)