Las calles de Montilla se tiñeron ayer tarde de burdeos y marrón para recibir a María Santísima de la Caridad en sus Tristezas, titular de la Hermandad de la Humildad, que presidía, por segundo año consecutivo, un Rosario de Ánimas para orar por los difuntos de la localidad.
La comitiva partió al son de las campanas fúnebres de la Parroquia de San Francisco Solano minutos después de las 18.00 de la tarde, con un cortejo que abría la Cruz de Guía, emblema que marcaría el caminar de un centenar de hermanos que acompañaban a la Virgen tallada por Miguel Arjona Navarro en 1987 y que, de este modo, recorrieron algunas calles por las que la cofradía no puede pasar en la noche del Martes Santo.
Gracias al buen desarrollo de las obras que se están llevando a cabo en la calle San Francisco Solano, el Rosario de Ánimas partió finalmente desde la Parroquia de El Santo, recorriendo las calles San Francisco Solano, General Jiménez Castellanos, Puerta de Aguilar, Dámaso Delgado, San José, Altillos, Zarzuela Alta, Palomar, Puerta de Aguilar, Ortega, Aparicio, Miguel Riera y San Francisco Solano, para regresar al convento antes de las 19.30 de la tarde, momento en el que David Reyes Guerrero, consiliario de la hermandad, ofició una solemne misa por los Fieles Difuntos de Montilla.
Los vecinos del Barrio de San José salieron al encuentro con la Virgen de la Caridad, ataviada de luto en recuerdo de los difuntos, especialmente de Miguel Ángel Sastre García, el joven electricista montillano que perdió la vida el pasado 3 de octubre mientras trabajaba en las instalaciones de la empresa Secaderos de Biomasa de Puente Genil.
Hermano activo de la Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, María Santísima de la Caridad en sus Tristezas y San Francisco Solano y contraguía del paso de la Virgen, Miguel Ángel Sastre García estuvo ayer bien presente durante el Rosario de Ánimas en el que la titular mariana lució un exquisito exorno floral compuesto por lisianthus en tonos crema y blanco, y claveles Mondrian.
El caminar de la Caridad estuvo acompañado del Grupo de Metales "Clave de Fa", cuyos integrantes interpretaron un cuidado y exquisito repertorio de piezas litúrgicas y solemnes como Ave María, de Vladimir Vavilov, o Anima Christi, que contribuyeron a reforzar el ambiente de seriedad durante todo el recorrido.
Durante el Rosario de Ánimas, María Santísima de la Caridad en sus Tristezas lució su terno confeccionado en terciopelo negro y elaborado por el taller de confección de la Parroquia en 2019, así como la corona primitiva de salida en plata, el corazón con los siete puñales, el pañuelo realizado con encaje de Bruselas, el rosario con cuentas de nácar y filigrana cordobesa y el cíngulo franciscano. Desde la Junta de Gobierno agradecieron la labor de Eduardo Heredia, encargado de ataviar la imagen para esta ocasión.
Este culto externo ha supuesto un punto de inflexión para la corporación franciscana, al ser el segundo año que se realiza y al contar una importante aceptación por parte de los feligreses y cofrades montillanos, constituyéndose ya como uno de los días marcados en el calendario cofrade de Montilla. Un Rosario de Ánimas que, de algún modo, vino a sustituir el Vía Matris que se celebraba en Cuaresma hasta el pasado año 2019.
La comitiva partió al son de las campanas fúnebres de la Parroquia de San Francisco Solano minutos después de las 18.00 de la tarde, con un cortejo que abría la Cruz de Guía, emblema que marcaría el caminar de un centenar de hermanos que acompañaban a la Virgen tallada por Miguel Arjona Navarro en 1987 y que, de este modo, recorrieron algunas calles por las que la cofradía no puede pasar en la noche del Martes Santo.
Gracias al buen desarrollo de las obras que se están llevando a cabo en la calle San Francisco Solano, el Rosario de Ánimas partió finalmente desde la Parroquia de El Santo, recorriendo las calles San Francisco Solano, General Jiménez Castellanos, Puerta de Aguilar, Dámaso Delgado, San José, Altillos, Zarzuela Alta, Palomar, Puerta de Aguilar, Ortega, Aparicio, Miguel Riera y San Francisco Solano, para regresar al convento antes de las 19.30 de la tarde, momento en el que David Reyes Guerrero, consiliario de la hermandad, ofició una solemne misa por los Fieles Difuntos de Montilla.
Los vecinos del Barrio de San José salieron al encuentro con la Virgen de la Caridad, ataviada de luto en recuerdo de los difuntos, especialmente de Miguel Ángel Sastre García, el joven electricista montillano que perdió la vida el pasado 3 de octubre mientras trabajaba en las instalaciones de la empresa Secaderos de Biomasa de Puente Genil.
Hermano activo de la Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, María Santísima de la Caridad en sus Tristezas y San Francisco Solano y contraguía del paso de la Virgen, Miguel Ángel Sastre García estuvo ayer bien presente durante el Rosario de Ánimas en el que la titular mariana lució un exquisito exorno floral compuesto por lisianthus en tonos crema y blanco, y claveles Mondrian.
El caminar de la Caridad estuvo acompañado del Grupo de Metales "Clave de Fa", cuyos integrantes interpretaron un cuidado y exquisito repertorio de piezas litúrgicas y solemnes como Ave María, de Vladimir Vavilov, o Anima Christi, que contribuyeron a reforzar el ambiente de seriedad durante todo el recorrido.
Durante el Rosario de Ánimas, María Santísima de la Caridad en sus Tristezas lució su terno confeccionado en terciopelo negro y elaborado por el taller de confección de la Parroquia en 2019, así como la corona primitiva de salida en plata, el corazón con los siete puñales, el pañuelo realizado con encaje de Bruselas, el rosario con cuentas de nácar y filigrana cordobesa y el cíngulo franciscano. Desde la Junta de Gobierno agradecieron la labor de Eduardo Heredia, encargado de ataviar la imagen para esta ocasión.
Este culto externo ha supuesto un punto de inflexión para la corporación franciscana, al ser el segundo año que se realiza y al contar una importante aceptación por parte de los feligreses y cofrades montillanos, constituyéndose ya como uno de los días marcados en el calendario cofrade de Montilla. Un Rosario de Ánimas que, de algún modo, vino a sustituir el Vía Matris que se celebraba en Cuaresma hasta el pasado año 2019.
ÁLVARO CARRASCO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR