El artista montillano Juan Luque ha regresado a la prestigiosa Galería Ansorena de Madrid, una de las casas de subastas de arte y joyería más antiguas de la capital. Y lo ha hecho por la puerta grande: de la mano de El tiempo detenido, una extraordinaria colección de 27 obras realizadas a lo largo de más de dos años de trabajo pausado y reflexivo, fruto del cual ha surgido esta magnífica serie de paisajes en la que predominan los faros y los circos, temática habitual en el quehacer creativo de este reconocido autor.
La muestra, que puede visitarse hasta el próximo 3 de mayo en el número 52 de la calle Alcalá, supone la quinta incursión de Juan Luque en la Galería Ansorena-Madrid, tras sus exposiciones de 2009, 2012, 2015 y 2019. Sin embargo, en esta ocasión, gracias a la experiencia adquirida a lo largo de muchos años de búsqueda y perfeccionamiento de su técnica, el artista montillano exhibe la excelencia de unas pinturas que, de manera ineludible, seducen al contemplarlas por la poética y la magia que encierran.
La exposición se acompaña de la edición de un cuidado catálogo, ilustrado con una selección de las obras que la conforman y con un texto muy completo y erudito de Ángel Luis Pérez Villén, un reconocido crítico de arte que sostiene que la pintura de Juan Luque, "lejos de simularse como un ejercicio de realismo naturalista, capacita a quien se acerca a ella a dejarse llevar por la sensación que segrega: desamparo ante la dilatada fortaleza de los espacios naturales".
Acerca de la colección de "pinturas sensibles a los latidos del tiempo" y que "describen escenas que relatan sensaciones de orfandad ante la inmensidad de la naturaleza y sus manifestaciones –como tormentas, nieve, viento u oleaje–, Pérez Villén reconoce que esta lectura de la obra de Juan Luque "siempre ha estado ahí".
"Lo que sí representa una novedad es que mientras esto sucede, al mismo tiempo que percibimos la emoción de lo que se representa en la escena, en primer plano el artista deja en suspenso el relato principal y se detiene a mirar en su interior y deja fluir la pintura sin necesidad de contar, de representar o transmitir nada que no sea la pulsión del ejercicio pictórico", añade el reputado crítico de arte.
En algunas de las obras que conforman El tiempo detenido, "los fenómenos atmosféricos y las señales de la naturaleza son el pretexto para articular el músculo de lo informe y celebrar la gestualidad de una pintura que se presta a dejar de transmitir sensaciones y emociones –contar historias– y que pasa a hablar y dejarse llevar por la querencia del hecho en sí: la propia pintura", en palabras de Ángel Luis Pérez Villén.
Con una larga trayectoria profesional a sus espaldas, Juan Luque cuenta con más de una veintena de exposiciones individuales en salas de Córdoba, Sevilla, Valencia, Barcelona o Madrid y, además, ha participado en numerosas muestras colectivas en Miami y Florida (Estados Unidos), Londres (Reino Unido), Estrasburgo o Lille (Francia).
Medalla de Honor del prestigioso Premio BMW de Pintura en sus ediciones de 2006 y 2007, Juan Luque obtuvo el primer premio en la Bienal promovida en 2005 por la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) y, un año antes, había ganado la primera Medalla de Honor en el XII Certamen Nacional "Ciudad de Tudela", en Navarra.
Con varias adquisiciones de obra en diferentes certámenes de ámbito nacional, Juan Luque se consagró como profeta en su tierra en 1999, con el primer premio del Certamen Nacional de Pintura "José Garnelo". A su vez, en 2001 consiguió el máximo galardón del XXXI Certamen Internacional "Rafael Zabaleta" de Jaén y, un año antes, el primer premio del Certamen Nacional de Pintura "Ciudad de Baena" y el del Certamen Nacional de Pintura "Maestro Mateo" promovido por CajaSur en la capital cordobesa.
Artista "de cabecera" de la Galería de Arte José Pedraza de Montilla, expuso de manera individual en este espacio enclavado en La Andaluza en los años 1996, 1999 y 2008, así como en casi todas las muestras colectivas organizadas por esta sala a lo largo de sus casi treinta años de historia. "Juan Luque estaba considerado como uno de los autores más valorados y demandados de toda la nómina de artistas con los que trabajó la galería", reconoce el propio José Pedraza.
La muestra, que puede visitarse hasta el próximo 3 de mayo en el número 52 de la calle Alcalá, supone la quinta incursión de Juan Luque en la Galería Ansorena-Madrid, tras sus exposiciones de 2009, 2012, 2015 y 2019. Sin embargo, en esta ocasión, gracias a la experiencia adquirida a lo largo de muchos años de búsqueda y perfeccionamiento de su técnica, el artista montillano exhibe la excelencia de unas pinturas que, de manera ineludible, seducen al contemplarlas por la poética y la magia que encierran.
La exposición se acompaña de la edición de un cuidado catálogo, ilustrado con una selección de las obras que la conforman y con un texto muy completo y erudito de Ángel Luis Pérez Villén, un reconocido crítico de arte que sostiene que la pintura de Juan Luque, "lejos de simularse como un ejercicio de realismo naturalista, capacita a quien se acerca a ella a dejarse llevar por la sensación que segrega: desamparo ante la dilatada fortaleza de los espacios naturales".
Acerca de la colección de "pinturas sensibles a los latidos del tiempo" y que "describen escenas que relatan sensaciones de orfandad ante la inmensidad de la naturaleza y sus manifestaciones –como tormentas, nieve, viento u oleaje–, Pérez Villén reconoce que esta lectura de la obra de Juan Luque "siempre ha estado ahí".
"Lo que sí representa una novedad es que mientras esto sucede, al mismo tiempo que percibimos la emoción de lo que se representa en la escena, en primer plano el artista deja en suspenso el relato principal y se detiene a mirar en su interior y deja fluir la pintura sin necesidad de contar, de representar o transmitir nada que no sea la pulsión del ejercicio pictórico", añade el reputado crítico de arte.
En algunas de las obras que conforman El tiempo detenido, "los fenómenos atmosféricos y las señales de la naturaleza son el pretexto para articular el músculo de lo informe y celebrar la gestualidad de una pintura que se presta a dejar de transmitir sensaciones y emociones –contar historias– y que pasa a hablar y dejarse llevar por la querencia del hecho en sí: la propia pintura", en palabras de Ángel Luis Pérez Villén.
Un artista muy reconocido
Nacido en Montilla el 18 de julio de 1964, Juan Luque Muñoz es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y completó sus estudios gracias a una beca de Pintura que le fue concedida en 1989 por el Monasterio de Santa María de El Paular, dentro del Curso de Pintores Pensionados del Paisaje organizado por la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce.Con una larga trayectoria profesional a sus espaldas, Juan Luque cuenta con más de una veintena de exposiciones individuales en salas de Córdoba, Sevilla, Valencia, Barcelona o Madrid y, además, ha participado en numerosas muestras colectivas en Miami y Florida (Estados Unidos), Londres (Reino Unido), Estrasburgo o Lille (Francia).
Medalla de Honor del prestigioso Premio BMW de Pintura en sus ediciones de 2006 y 2007, Juan Luque obtuvo el primer premio en la Bienal promovida en 2005 por la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) y, un año antes, había ganado la primera Medalla de Honor en el XII Certamen Nacional "Ciudad de Tudela", en Navarra.
Con varias adquisiciones de obra en diferentes certámenes de ámbito nacional, Juan Luque se consagró como profeta en su tierra en 1999, con el primer premio del Certamen Nacional de Pintura "José Garnelo". A su vez, en 2001 consiguió el máximo galardón del XXXI Certamen Internacional "Rafael Zabaleta" de Jaén y, un año antes, el primer premio del Certamen Nacional de Pintura "Ciudad de Baena" y el del Certamen Nacional de Pintura "Maestro Mateo" promovido por CajaSur en la capital cordobesa.
Artista "de cabecera" de la Galería de Arte José Pedraza de Montilla, expuso de manera individual en este espacio enclavado en La Andaluza en los años 1996, 1999 y 2008, así como en casi todas las muestras colectivas organizadas por esta sala a lo largo de sus casi treinta años de historia. "Juan Luque estaba considerado como uno de los autores más valorados y demandados de toda la nómina de artistas con los que trabajó la galería", reconoce el propio José Pedraza.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
