María del Carmen Jiménez-Alfaro y Salas, condesa de Prado Castellano e Hija Adoptiva de Montilla desde el 13 de diciembre de 2017, recibió ayer en Córdoba la Gran Cruz de Honor y Devoción de la Orden de Malta, una orden religiosa de gran relevancia en el ámbito internacional que promueve actividades de voluntariado en torno a tareas asistenciales, sanitarias y sociales.
El Soberano Consejo de la entidad, que ayer inauguró una nueva sede en Córdoba, junto a la avenida de Ollerías, para poder reforzar sus actividades sociales, decidió en su sesión del pasado 1 de junio otorgar a María del Carmen Jiménez-Alfaro y Salas la máxima distinción que concede la Orden de Malta, que recibió de manos de Ramón Álvarez de Toledo, conde de Santa Olalla.
Tras la bendición del nuevo local de la Orden de Malta –un acto que contó con la presencia del alcalde de Córdoba, José María Bellido–, se ofició una misa en la Casa Familiar "San Francisco de Asís", sede de los hermanos de la Cruz Blanca, en el antiguo Hospital Militar, donde tuvo lugar la imposición a la condesa de Prado Castellano de la Gran Cruz de Honor y Devoción de la Orden de Malta, convirtiéndose así en la segunda mujer española en alcanzar esta distinción.
Nacida el 4 de diciembre de 1934 en Sevilla, donde estaba destinado su padre como oficial de Caballería –el primer montillano que participó en unos Juegos Olímpicos–, por vía materna es nieta del médico, académico y político montillano José Salas y Vaca (1877-1933), de ahí que desde su infancia haya estado muy vinculada a Montilla, especialmente desde que su madre, Magdalena Salas y García de Zúñiga, heredó la finca La Retamosa, que ha frecuentado habitualmente.
En 1966, María del Carmen Jiménez-Alfaro contrajo matrimonio con Miguel Ángel de Cárdenas y Osuna, fallecido en febrero de 2017, un reconocido ganadero de caballos de pura raza española natural de Écija, ciudad en la que situaron su residencia habitual, lo que le ha permitido mantener vivos sus lazos con la localidad de la Campiña Sur.
Desde la muerte de su madre en Montilla en el año 1994, la condesa de Prado Castellano ha continuado con la labor benefactora que venía ejerciendo en el convento de Santa Clara, cuyas últimas actuaciones de envergadura han sido financiadas por ella.
De igual modo, María del Carmen Jiménez-Alfaro ha colaborado con la rehabilitación del órgano de la Basílica de San Juan de Ávila o con la última restauración de la Parroquia de Santiago Apóstol, templo al que se encuentra muy unida, especialmente desde el año 2005, cuando fue nombrada madrina de la bendición y camarera de honor de la imagen de Santa María del Socorro, obra realizada por Antonio Bernal, cotitular de la cofradía de la Vera Cruz.
En 1998, María del Carmen Jiménez-Alfaro puso a disposición del Ayuntamiento de Montilla más de 64.000 metros cuadrados de la finca La Retamosa para que la Junta de Andalucía pudiera edificar el centro hospitalario que, desde 2004, presta cobertura sanitaria a más de 63.000 habitantes de toda la comarca.
Mujer solidaria y sensible, María del Carmen Jiménez-Alfaro ha desarrollado igualmente su labor de mecenazgo en numerosas obras sociales en Andalucía, entre las que cabe destacar su decidida implicación en la apertura del Comedor Social “San Juan de Ávila” de Montilla, del Economato Social “Virgen del Valle” de Écija, o del Comedor Social “San Juan de Acre” que la hospitalaria Orden de Malta gestiona en Sevilla, y que ofrece más de doscientas comidas diarias a personas al borde de la exclusión social. Por tal contribución, la entidad reconoció su labor otorgándole la Cruz al Mérito Melitense en un acto que tuvo lugar en Roma en el año 2011.
María del Carmen Jiménez-Alfaro es la séptima titular del Condado de Prado Castellano, último de los títulos nobiliarios que Carlos IV otorgó en 1790 al linaje de los Fernández de Córdoba. Asimismo, es miembro de la Cátedra “Gran Capitán” desde su creación, así como integrante del Consejo Regional de la Orden de Malta en Andalucía.
En reconocimiento a la labor cultural y social que, junto a su difunto esposo, ha venido desarrollando en la ciudad sevillana Écija, la Real Academia “Luis Vélez de Guevara” les nombró en 2016 Académicos de Honor de la institución.
A su vez, el Pleno de la Corporación municipal del Ayuntamiento de Montilla aprobó por unanimidad, durante la sesión ordinaria celebrada el 13 de diciembre de 2017, la organización de un homenaje a "una mujer que siempre se ha caracterizado por su labor filantrópica y por su compromiso con los más necesitados" y que, en 1998, cedió a la localidad los terrenos donde se construyó el Hospital Comarcal, en el paraje de La Retamosa.
Un mes más tarde, el castillo de El Gran Capitán acogió la investidura como Hija Adoptiva de Montilla de María del Carmen Jiménez-Alfaro y Salas, de la que el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, resaltó que "se trata de una persona entrañable, culta, agradecida y generosa, que se vincula con nuestra ciudad no solo por las múltiples aportaciones que realiza a colectivos y asociaciones montillanas sino, sobre todo, por la intención con que hace todas esta aportaciones, que es la de colaborar al engrandecimiento de las mismas".
El Soberano Consejo de la entidad, que ayer inauguró una nueva sede en Córdoba, junto a la avenida de Ollerías, para poder reforzar sus actividades sociales, decidió en su sesión del pasado 1 de junio otorgar a María del Carmen Jiménez-Alfaro y Salas la máxima distinción que concede la Orden de Malta, que recibió de manos de Ramón Álvarez de Toledo, conde de Santa Olalla.
Tras la bendición del nuevo local de la Orden de Malta –un acto que contó con la presencia del alcalde de Córdoba, José María Bellido–, se ofició una misa en la Casa Familiar "San Francisco de Asís", sede de los hermanos de la Cruz Blanca, en el antiguo Hospital Militar, donde tuvo lugar la imposición a la condesa de Prado Castellano de la Gran Cruz de Honor y Devoción de la Orden de Malta, convirtiéndose así en la segunda mujer española en alcanzar esta distinción.
Nacida el 4 de diciembre de 1934 en Sevilla, donde estaba destinado su padre como oficial de Caballería –el primer montillano que participó en unos Juegos Olímpicos–, por vía materna es nieta del médico, académico y político montillano José Salas y Vaca (1877-1933), de ahí que desde su infancia haya estado muy vinculada a Montilla, especialmente desde que su madre, Magdalena Salas y García de Zúñiga, heredó la finca La Retamosa, que ha frecuentado habitualmente.
En 1966, María del Carmen Jiménez-Alfaro contrajo matrimonio con Miguel Ángel de Cárdenas y Osuna, fallecido en febrero de 2017, un reconocido ganadero de caballos de pura raza española natural de Écija, ciudad en la que situaron su residencia habitual, lo que le ha permitido mantener vivos sus lazos con la localidad de la Campiña Sur.
Desde la muerte de su madre en Montilla en el año 1994, la condesa de Prado Castellano ha continuado con la labor benefactora que venía ejerciendo en el convento de Santa Clara, cuyas últimas actuaciones de envergadura han sido financiadas por ella.
De igual modo, María del Carmen Jiménez-Alfaro ha colaborado con la rehabilitación del órgano de la Basílica de San Juan de Ávila o con la última restauración de la Parroquia de Santiago Apóstol, templo al que se encuentra muy unida, especialmente desde el año 2005, cuando fue nombrada madrina de la bendición y camarera de honor de la imagen de Santa María del Socorro, obra realizada por Antonio Bernal, cotitular de la cofradía de la Vera Cruz.
En 1998, María del Carmen Jiménez-Alfaro puso a disposición del Ayuntamiento de Montilla más de 64.000 metros cuadrados de la finca La Retamosa para que la Junta de Andalucía pudiera edificar el centro hospitalario que, desde 2004, presta cobertura sanitaria a más de 63.000 habitantes de toda la comarca.
Mujer solidaria y sensible, María del Carmen Jiménez-Alfaro ha desarrollado igualmente su labor de mecenazgo en numerosas obras sociales en Andalucía, entre las que cabe destacar su decidida implicación en la apertura del Comedor Social “San Juan de Ávila” de Montilla, del Economato Social “Virgen del Valle” de Écija, o del Comedor Social “San Juan de Acre” que la hospitalaria Orden de Malta gestiona en Sevilla, y que ofrece más de doscientas comidas diarias a personas al borde de la exclusión social. Por tal contribución, la entidad reconoció su labor otorgándole la Cruz al Mérito Melitense en un acto que tuvo lugar en Roma en el año 2011.
María del Carmen Jiménez-Alfaro es la séptima titular del Condado de Prado Castellano, último de los títulos nobiliarios que Carlos IV otorgó en 1790 al linaje de los Fernández de Córdoba. Asimismo, es miembro de la Cátedra “Gran Capitán” desde su creación, así como integrante del Consejo Regional de la Orden de Malta en Andalucía.
En reconocimiento a la labor cultural y social que, junto a su difunto esposo, ha venido desarrollando en la ciudad sevillana Écija, la Real Academia “Luis Vélez de Guevara” les nombró en 2016 Académicos de Honor de la institución.
A su vez, el Pleno de la Corporación municipal del Ayuntamiento de Montilla aprobó por unanimidad, durante la sesión ordinaria celebrada el 13 de diciembre de 2017, la organización de un homenaje a "una mujer que siempre se ha caracterizado por su labor filantrópica y por su compromiso con los más necesitados" y que, en 1998, cedió a la localidad los terrenos donde se construyó el Hospital Comarcal, en el paraje de La Retamosa.
Un mes más tarde, el castillo de El Gran Capitán acogió la investidura como Hija Adoptiva de Montilla de María del Carmen Jiménez-Alfaro y Salas, de la que el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, resaltó que "se trata de una persona entrañable, culta, agradecida y generosa, que se vincula con nuestra ciudad no solo por las múltiples aportaciones que realiza a colectivos y asociaciones montillanas sino, sobre todo, por la intención con que hace todas esta aportaciones, que es la de colaborar al engrandecimiento de las mismas".
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: ORDEN DE MALTA / JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍAS: ORDEN DE MALTA / JOSÉ ANTONIO AGUILAR