El comisario y artista montillano Manuel Portero, impulsor del proyecto artístico que desde hace casi cuatro años se desarrolla en la Taberna Bolero, ubicada en la calle Fuente Álamo, se ha convertido en el protagonista de este templo del vino de la mano de la exposición Botánica, una muestra alejada del lenguaje plástico tan característico del montillano, caracterizado por sus 'assemblages', para redescubrir sus orígenes.
Botánica, que estará abierta al público hasta el próximo 28 de febrero, acerca al espectador a la sencillez, y al mismo tiempo enigmática, magia de la naturaleza. A través de la práctica del palimpsesto, Manuel Portero consigue una atmósfera única donde se superponen las diferentes visiones que, como un velo sobre otro, llega a captar el artista sobre un mismo elemento.
"Botánica es el resultado de una crisis creativa cuando, tras el confinamiento, mi amigo y artista Antonio Algaba me recomendó que cerrara el estudio de la calle Escuela y regresara al campo a pintar piedras y hojas, volver a los orígenes de mi pintura, dejando atrás el lenguaje plástico que caracteriza mi obra", explicó el artista montillano.
De aquel consejo, convertido en un cuaderno de campo a modo de "estudio de botánica" plasmado con grafito y lápices acuarelables sobre cartones, surgió la semilla de Botánica. "De esa idea primitiva, fui creando las obras de esta exposición donde, a través de la técnica del palimpsesto, fui trabajando cada una de las hojas, para borrarlas y volver a crear, lo que da esa atmósfera de veladuras", indicó Portero.
Nacido en Montilla, Manuel Portero es un artista autodidacta que hizo sus primeros pinitos pintando al natural. Tras experimentar con las acuarelas, pronto se centraría en la técnica del collage. No obstante, en los últimos años, este arquitecto de la abstracción se ha especializado en los 'assemblages', esas obras tridimensionales que lo hacen tan reconocible y que, a juicio de Pisco Lira, son reflejo de "una geometría lírica de buen calado".
Botánica, que estará abierta al público hasta el próximo 28 de febrero, acerca al espectador a la sencillez, y al mismo tiempo enigmática, magia de la naturaleza. A través de la práctica del palimpsesto, Manuel Portero consigue una atmósfera única donde se superponen las diferentes visiones que, como un velo sobre otro, llega a captar el artista sobre un mismo elemento.
"Botánica es el resultado de una crisis creativa cuando, tras el confinamiento, mi amigo y artista Antonio Algaba me recomendó que cerrara el estudio de la calle Escuela y regresara al campo a pintar piedras y hojas, volver a los orígenes de mi pintura, dejando atrás el lenguaje plástico que caracteriza mi obra", explicó el artista montillano.
De aquel consejo, convertido en un cuaderno de campo a modo de "estudio de botánica" plasmado con grafito y lápices acuarelables sobre cartones, surgió la semilla de Botánica. "De esa idea primitiva, fui creando las obras de esta exposición donde, a través de la técnica del palimpsesto, fui trabajando cada una de las hojas, para borrarlas y volver a crear, lo que da esa atmósfera de veladuras", indicó Portero.
Nacido en Montilla, Manuel Portero es un artista autodidacta que hizo sus primeros pinitos pintando al natural. Tras experimentar con las acuarelas, pronto se centraría en la técnica del collage. No obstante, en los últimos años, este arquitecto de la abstracción se ha especializado en los 'assemblages', esas obras tridimensionales que lo hacen tan reconocible y que, a juicio de Pisco Lira, son reflejo de "una geometría lírica de buen calado".
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JAVIER PORTERO
FOTOGRAFÍA: JAVIER PORTERO
