La Finca Buytrón, un conocido alojamiento rural situado a tres kilómetros de Montilla, en pleno corazón geográfico de Andalucía, ha reunido a una veintena de artistas que han participado en un curso intensivo de acuarelas impartido por el artista cordobés Camilo Huéscar.
El inigualable paisaje de Buytrón, la primera propiedad que los Marqueses de Priego cedieron en el siglo XVI a uno de sus administradores, el licenciado Luis de Buytrón, ha actuado como reclamo infranqueable para los veintidós artistas que, llegados desde distintos puntos de España, han dado rienda suelta a su creatividad y a su arte plasmando sobre el lienzo el sobrecogedor cóctel cromático que ofrece la Campiña cada mes de septiembre.
La conocida huerta que regenta Rafaela Mármol cumple quince años como alojamiento rural y, para conmemorarlo, ha promovido un curso de acuarelas que ha permitido a los participantes plasmar el aroma de los árboles frutales y de los nardos que pueblan el jardín de la finca, donde también se crían las reconocidas alcachofas montillanas.
“El paisaje es fundamental para cualquier disciplina pictórica y el de Montilla es muy especial, muy bonito y muy variado en cuanto a su orografía y a su vegetación, alternándose la vid y el olivo”, reconoció Camilo Huéscar, que ha dirigido un curso intensivo, eminentemente práctico, en el que los alumnos han disfrutado del contacto directo con el paisaje y de algunos rincones históricos de Montilla, entre los que no faltó la Casa de las Aguas, donde se ubica el único museo monográfico dedicado a José Garnelo y Alda, un maestro de la pintura que, además, fue un extraordinario acuarelista.
Para la promotora del curso, que no ceja en su empeño de buscar nuevas fórmulas con las que proyectar el turismo rural en la comarca, este curso ha sido fruto de la amistad que mantiene con Camilo Huéscar, uno de los miembros más reconocidos de la Agrupación de Acuarelistas de Andalucía. “La Ruta del Vino Montilla-Moriles, como su propio eslogan indica, es mucho más que vino, de ahí que tratemos de ofrecer otras alternativas que tengan Montilla como epicentro”, apuntó Rafaela Mármol.
El inigualable paisaje de Buytrón, la primera propiedad que los Marqueses de Priego cedieron en el siglo XVI a uno de sus administradores, el licenciado Luis de Buytrón, ha actuado como reclamo infranqueable para los veintidós artistas que, llegados desde distintos puntos de España, han dado rienda suelta a su creatividad y a su arte plasmando sobre el lienzo el sobrecogedor cóctel cromático que ofrece la Campiña cada mes de septiembre.
La conocida huerta que regenta Rafaela Mármol cumple quince años como alojamiento rural y, para conmemorarlo, ha promovido un curso de acuarelas que ha permitido a los participantes plasmar el aroma de los árboles frutales y de los nardos que pueblan el jardín de la finca, donde también se crían las reconocidas alcachofas montillanas.
“El paisaje es fundamental para cualquier disciplina pictórica y el de Montilla es muy especial, muy bonito y muy variado en cuanto a su orografía y a su vegetación, alternándose la vid y el olivo”, reconoció Camilo Huéscar, que ha dirigido un curso intensivo, eminentemente práctico, en el que los alumnos han disfrutado del contacto directo con el paisaje y de algunos rincones históricos de Montilla, entre los que no faltó la Casa de las Aguas, donde se ubica el único museo monográfico dedicado a José Garnelo y Alda, un maestro de la pintura que, además, fue un extraordinario acuarelista.
Para la promotora del curso, que no ceja en su empeño de buscar nuevas fórmulas con las que proyectar el turismo rural en la comarca, este curso ha sido fruto de la amistad que mantiene con Camilo Huéscar, uno de los miembros más reconocidos de la Agrupación de Acuarelistas de Andalucía. “La Ruta del Vino Montilla-Moriles, como su propio eslogan indica, es mucho más que vino, de ahí que tratemos de ofrecer otras alternativas que tengan Montilla como epicentro”, apuntó Rafaela Mármol.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ MARÍA GARRIDO
FOTOGRAFÍA: JOSÉ MARÍA GARRIDO
