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La cosecha de variedades tintas se reducirá en un 40 por ciento con respecto a la vendimia de 2014

La cosecha de variedades tintas se reducirá en un 40 por ciento con respecto a la vendimia del pasado año. Así lo anunció ayer la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja-Córdoba), que ofreció un balance de la vendimia en el marco Montilla-Moriles, donde la recolección se encuentra en pleno ecuador. Por tercer año consecutivo, el aforo del fruto cosechado en los viñedos tintos amparados por el indicativo Vinos de la Tierra de Córdoba sufrirá un descenso considerable, tras los 8,9 millones de kilos con los que se cerró la campaña del 2013 y los 7,5 millones que se molturaron en el 2014.



"Las variedades tintas –merlot y syrah, principalmente– se encuentran en mitad de su recolección, con una previsión de producción de un 40 por ciento menos que la campaña pasada, que fue de 7,5 millones de kilos", avanzó ayer la organización agraria.

De las 800 hectáreas de uva tinta que existen en el marco vitivinícola cordobés, más de 600 pertenecen a socios de la cooperativa La Unión, lo que significa que el 85 por ciento de los caldos amparados por el indicativo Vinos de la Tierra de Córdoba sale de esta entidad fundada en 1979 por un grupo de agricultores impulsados por la Unión de Agricultores y Ganaderos (UAGA).

Otra de las entidades de referencia en la elaboración de vino tinto es la cooperativa Nuestra Señora de La Aurora que, junto con La Unión y la cooperativa San Acacio de Montemayor, moltura la mayor parte de la uva tinta que se produce en la comarca. En Montemayor, las primeras plantaciones de esta clase de uva se realizaron en el año 2000, al amparo de las ayudas que la Unión Europea concedió para la reconversión y la reestructuración del viñedo de la zona Montilla-Moriles. Con todo, la primera cosecha de variedades tintas en la cooperativa San Acacio no llegaría hasta el mes de agosto de 2002.

En la actualidad, la sociedad montemayorense cuenta con más de 30 hectáreas de viñedos de variedades tintas. De ellas, un 80 por ciento están dedicadas a la variedad syrah; un 15 por ciento a uva tempranillo y el cinco por ciento restante a tintilla de Rota.

La recolección de variedades tintas en la Campiña cordobesa se encuentra ya en su ecuador. Cada año, la vendimia tinta comienza con la variedad merlot, la primera en madurar. Tras ella, se recolectan las uvas del tipo syrah, tempranillo y cabernet sauvignon.

Más de cuatro décadas de variedades tintas en la Campiña

Las uvas tintas llevan más de cuatro décadas en los viñedos de la Campiña cordobesa. Las primeras variedades negras llegaron en 1973 al Cortijo de El Caño en La Rambla. Allí, el técnico agrícola Francisco Solano Bellido, recientemente fallecido, decidió estudiar la aclimatación en la comarca de una treintena de variedades tintas, al objeto de poder diferenciar en su sistema de plantación factores experimentales como la calidad, la producción y la época de maduración del fruto.

Tras haber asesorado a firmas bodegueras tan reconocidas como Domecq, Garvey o González Byass en Jerez de la Frontera, Solano Bellido se propuso elaborar en Montilla un vino multivarietal con 26 tipos de uva tinta diferentes, plantados a lo largo de toda la experiencia. La producción de este caldo genuino se llevó a cabo en el lagar montillano de Las Capotas y tuvo como resultado la elaboración de un vino de "excelente calidad", tal y como subrayaron varias publicaciones especializadas de la época.

La vinificación, que se llevó a cabo en una tinaja de barro de 15 arrobas, corrió a cargo del perito agrícola Juan Portero Laguna, técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, quien recuerda que aquel primer vino tinto que salió de viñedos de la Campiña cordobesa era "muy afrutado, con un buen color, cargado de matices y buen aroma, a pesar de que las microvinificaciones son muy difíciles de controlar".

Los buenos resultados obtenidos en esta primera experiencia animaron a Francisco Bellido a plantar vides de la variedad cabernet sauvignon en tres fanegas de tierra situadas en El Vicario, una finca de la Sierra de Montilla, propiedad de Bodegas Cobos. "De ahí salió el primer vino tinto obtenido de forma industrial en nuestra comarca", recordó Bellido, quien añadió que la vinificación de esta primera cosecha más amplia fue dirigida por el enólogo montillano Miguel Cruz.

Dos décadas más tarde, las cooperativas montillanas Nuestra Señora de La Aurora y La Unión comenzaron a trabajar con variedades de uva tinta en dos plantaciones experimentales situadas en el término municipal de Montilla, con el fin de analizar la aclimatación en la comarca de una veintena de variedades.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR

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