Evitar la demolición completa del histórico edificio de El Parador. Ese es el objetivo que se ha marcado el PSOE después de que el equipo de gobierno del Partido Popular haya instado a los propietarios del inmueble a actuar sobre el mismo "bien para demoler, o en su caso restaurar" este singular edificio situado en la avenida de Europa, en la salida norte de Montilla hacia la carretera nacional N-331, que desde hace años presenta un evidente estado de abandono.
A juicio del candidato socialista a la Alcaldía de Montilla, Rafael Llamas, "una localidad que aspira a convertirse en referente del turismo vinculado al vino no puede permitirse la pérdida de un enclave de estas características".
"Más allá del valor estrictamente arquitectónico, que también lo tiene, El Parador forma parte del patrimonio enológico de Montilla", señaló Llamas, quien reclamó al equipo de gobierno "algún tipo de solución intermedia que impida la demolición del edificio".
Un informe técnico elaborado recientemente por los servicios técnicos municipales constata que "el edificio está inmerso en un proceso de deterioro general progresivo", presentando "daños de consideración" debido al agotamiento de los elementos estructurales y a la "falta de conservación" del mismo. El informe municipal concluye que “no es viable, ni técnica ni econonómicamente, su rehabilitación mediante consolidación o sustitución, ya que supera el límite del deber normal de conservación”.
A juicio de Rafael Llamas, arquitecto de profesión, "existen alternativas que, al menos, garanticen la conservación de los elementos más característicos de El Parador", como son la portada, el primer cuerpo del edificio y el característico molino de veleta que corona el inmueble, inaugurado poco antes de 1840.
Sin cuestionar la legalidad del procedimiento que ha seguido la Delegación de Urbanismo del Consistorio, el candidato socialista aseguró que "el equipo de gobierno ha optado por la solución más fácil, sin tener en cuenta la opinión del resto de grupos políticos".
En ese sentido, Rafael Llamas defendió la necesidad de someter la situación del inmueble a la consideración de la Comisión de Desarrollo Urbano y del propio Consejo Asesor de Patrimonio Histórico, un organismo de carácter consultivo formado por los grupos municipales y por representantes de los colectivos culturales de la localidad.
"La demolición de un edificio de estas características no tiene vuelta atrás", dijo Rafael Llamas, quien insistió en que "para evitar que luego podamos arrepentirnos por una decisión irreversible es aconsejable estudiar de forma seria y sosegada otras posibles salidas que garanticen el futuro de los elementos más característicos de El Parador".
Un edificio emblemático
El Parador de Riobóo es un antiguo caserío y lagar que pasó posteriormente a ser propiedad de las Bodegas Cobos y que, a finales del siglo XIX, contó con gran notoriedad, al ser un lugar de paso obligado para carruajes y diligencias.
El establecimiento fue inaugurado poco antes de 1840 y, según detalló Enrique Garramiola, fue levantado por "trabajadores escogidos entre condenados a prisión de buena conducta" que, de esta manera, redimieron el último periodo de encarcelamiento.
En la pasada década de los noventa, y a lo largo de once años, El Parador se convirtió en uno de los lugares de ocio de referencia para los jóvenes de la comarca, hasta que en agosto de 2003 abrió sus puertas la discoteca Jarata en el principal polígono industrial de la localidad.
Un año antes, la constructora montillana Hermanos Goce anunció su intención de llevar a cabo la ejecución del plan parcial residencial en el entorno de El Parador, tras la desestimación del proyecto por parte de la empresa toledana Parquijote, que dio en quiebra por dificultades económicas.
La actuación, que tenía previsto acometer la construcción de 92 viviendas de lujo, contemplaba la restauración de El Parador como hotel con 50 habitaciones y un palacio de congresos y exposiciones con capacidad para acoger a 1.500 participantes.
A juicio del candidato socialista a la Alcaldía de Montilla, Rafael Llamas, "una localidad que aspira a convertirse en referente del turismo vinculado al vino no puede permitirse la pérdida de un enclave de estas características".
"Más allá del valor estrictamente arquitectónico, que también lo tiene, El Parador forma parte del patrimonio enológico de Montilla", señaló Llamas, quien reclamó al equipo de gobierno "algún tipo de solución intermedia que impida la demolición del edificio".
Un informe técnico elaborado recientemente por los servicios técnicos municipales constata que "el edificio está inmerso en un proceso de deterioro general progresivo", presentando "daños de consideración" debido al agotamiento de los elementos estructurales y a la "falta de conservación" del mismo. El informe municipal concluye que “no es viable, ni técnica ni econonómicamente, su rehabilitación mediante consolidación o sustitución, ya que supera el límite del deber normal de conservación”.
A juicio de Rafael Llamas, arquitecto de profesión, "existen alternativas que, al menos, garanticen la conservación de los elementos más característicos de El Parador", como son la portada, el primer cuerpo del edificio y el característico molino de veleta que corona el inmueble, inaugurado poco antes de 1840.
Sin cuestionar la legalidad del procedimiento que ha seguido la Delegación de Urbanismo del Consistorio, el candidato socialista aseguró que "el equipo de gobierno ha optado por la solución más fácil, sin tener en cuenta la opinión del resto de grupos políticos".
En ese sentido, Rafael Llamas defendió la necesidad de someter la situación del inmueble a la consideración de la Comisión de Desarrollo Urbano y del propio Consejo Asesor de Patrimonio Histórico, un organismo de carácter consultivo formado por los grupos municipales y por representantes de los colectivos culturales de la localidad.
"La demolición de un edificio de estas características no tiene vuelta atrás", dijo Rafael Llamas, quien insistió en que "para evitar que luego podamos arrepentirnos por una decisión irreversible es aconsejable estudiar de forma seria y sosegada otras posibles salidas que garanticen el futuro de los elementos más característicos de El Parador".
Un edificio emblemático
El Parador de Riobóo es un antiguo caserío y lagar que pasó posteriormente a ser propiedad de las Bodegas Cobos y que, a finales del siglo XIX, contó con gran notoriedad, al ser un lugar de paso obligado para carruajes y diligencias.
El establecimiento fue inaugurado poco antes de 1840 y, según detalló Enrique Garramiola, fue levantado por "trabajadores escogidos entre condenados a prisión de buena conducta" que, de esta manera, redimieron el último periodo de encarcelamiento.
En la pasada década de los noventa, y a lo largo de once años, El Parador se convirtió en uno de los lugares de ocio de referencia para los jóvenes de la comarca, hasta que en agosto de 2003 abrió sus puertas la discoteca Jarata en el principal polígono industrial de la localidad.
Un año antes, la constructora montillana Hermanos Goce anunció su intención de llevar a cabo la ejecución del plan parcial residencial en el entorno de El Parador, tras la desestimación del proyecto por parte de la empresa toledana Parquijote, que dio en quiebra por dificultades económicas.
La actuación, que tenía previsto acometer la construcción de 92 viviendas de lujo, contemplaba la restauración de El Parador como hotel con 50 habitaciones y un palacio de congresos y exposiciones con capacidad para acoger a 1.500 participantes.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
