Ilusión, buena forma física e inquietud por seguir la huella de una figura fundamental del Siglo de Oro español. Estos son los tres principales ingredientes que han llevado a siete agentes de la Policía Local de Montilla a cubrir en bicicleta los más de 500 kilómetros que conforman una de las cuatro nuevas Rutas Avilistas que permiten conocer, de una manera muy especial, algunos de los enclaves más significativos en la vida de San Juan de Ávila.
Partiendo desde Alcalá de Henares, donde el asceta manchego cursó sus estudios de Artes y Teología, los siete efectivos del Bacus-Bike, un equipo ciclista patrocinado por la empresa montillana Bacus Travel, han ido cubriendo etapas por tierras manchegas y andaluzas, tomando contacto con lugares de gran trascendencia para el Apóstol de Andalucía.
La primera jornada de esta peculiar Vuelta Ciclista arrancó el lunes 10 de junio en Alcalá de Henares, donde los agentes fueron recibidos por autoridades civiles y religiosas en el Patio de Armas del Palacio Arzobispal, antes de visitar la Universidad en la que el nuevo Doctor de la Iglesia estudió Leyes y en cuyo Paraninfo se entrega, cada 23 de abril, el Premio Cervantes, el máximo reconocimiento de las Letras españolas.
Tras cubrir los primeros 106 kilómetros de recorrido, los agentes llegaban a la localidad toledana de Lillo con hora de sellar el pasaporte que les ha permitido ganar "la montillana", una especie de cédula que certifica haber peregrinado hasta el sepulcro de San Juan de Ávila, cubriendo todos los hitos marcados en el mapa.
En la segunda etapa de su viaje, de 97 kilómetros de recorrido, los policías montillanos llegaron hasta la localidad de Villarrubia de los Ojos, en Ciudad Real, para adentrarse un día más tarde –y 107 kilómetros más de duro camino, pedregales interminables y veredas llenas de pastos- en Almodóvar del Campo, la ciudad natal del santo que, al igual que Montilla, está viviendo con auténtico fervor el Año Avilista decretado por Benedicto XVI.
Esa misma tarde, los peregrinos fueron recibidos en el Ayuntamiento ciudadrrealeño por las autoridades civiles y religiosas, que estuvieron acompañadas también por miembros del Centro Diocesano San Juan de Ávila de Montilla. Tras atender a los medios de comunicación en el salón de plenos del Consistorio, los peregrinos recorrieron algunos de los lugares más impactantes de la ruta: la Cueva de las Penitencias, en la que el asceta manchego discernió su vocación, o la misma parroquia en la que celebró su primera misa.
"Cuando una persona está al límite, se descubre cómo es realmente por dentro", afirmaba uno de los integrantes de la expedición, Francisco Sánchez, que señalaba sorprendido "estar aprendiendo cosas que desconocía por completo" en el ámbito religioso. "Estamos viviendo una autentica peregrinación, no una mera ruta ciclista", afirmaban.
Unos kilómetros antes de avistar Villanueva de Córdoba, los policías montillanos se vieron gratamente sorprendidos por una colorida escolta de aficionados a la bicicleta de montaña que los acompañaron hasta el mismo Ayuntamiento de la ciudad, donde participaron en una nueva recepción oficial. Por la tarde, acompañados por el sacerdote Juan Vicente, realizaron una ofrenda floral ante la popular Virgen de Luna.
Entrada en Córdoba
El viernes 14 de junio, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, junto al alcalde de Montilla, Federico Cabello de Alba, recibieron a la comitiva peregrina en el Patio de los Naranjos, que da acceso al interior de la Santa Iglesia Catedral. Procedentes de Cerro Muriano, y tras superar una de las etapas más difíciles tanto por el perfil como por el calor reinante durante toda la jornada, los siete agentes de la Policía Local se encontraban emocionados con sus familiares y amigos.
Esta era sólo la antesala de la emotiva vuelta a Montilla, donde estos siete peregrinos velan por mantener la seguridad de sus convecinos a lo largo de todo el año. Pasadas las 12.30 del mediodía, y escoltados por miembros del club MTB y de la propia Policía Local, los agentes pusieron rumbo hasta la Basílica Pontificia, donde se postraron ante el sepulcro del nuevo Doctor de la Iglesia.
A continuación, el sacerdote montillano Carlos Gallardo, vicerrector del templo, les sellaba la última casilla de la credencial del peregrino, la Montillana, dando así por finalizada una experiencia única que ha permitido a estos siete policías compartir vivencias y anécdotas que, desde ahora, formarán parte de su indeleble álbum de recuerdos.
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La primera jornada de esta peculiar Vuelta Ciclista arrancó el lunes 10 de junio en Alcalá de Henares, donde los agentes fueron recibidos por autoridades civiles y religiosas en el Patio de Armas del Palacio Arzobispal, antes de visitar la Universidad en la que el nuevo Doctor de la Iglesia estudió Leyes y en cuyo Paraninfo se entrega, cada 23 de abril, el Premio Cervantes, el máximo reconocimiento de las Letras españolas.
Tras cubrir los primeros 106 kilómetros de recorrido, los agentes llegaban a la localidad toledana de Lillo con hora de sellar el pasaporte que les ha permitido ganar "la montillana", una especie de cédula que certifica haber peregrinado hasta el sepulcro de San Juan de Ávila, cubriendo todos los hitos marcados en el mapa.
En la segunda etapa de su viaje, de 97 kilómetros de recorrido, los policías montillanos llegaron hasta la localidad de Villarrubia de los Ojos, en Ciudad Real, para adentrarse un día más tarde –y 107 kilómetros más de duro camino, pedregales interminables y veredas llenas de pastos- en Almodóvar del Campo, la ciudad natal del santo que, al igual que Montilla, está viviendo con auténtico fervor el Año Avilista decretado por Benedicto XVI.
Esa misma tarde, los peregrinos fueron recibidos en el Ayuntamiento ciudadrrealeño por las autoridades civiles y religiosas, que estuvieron acompañadas también por miembros del Centro Diocesano San Juan de Ávila de Montilla. Tras atender a los medios de comunicación en el salón de plenos del Consistorio, los peregrinos recorrieron algunos de los lugares más impactantes de la ruta: la Cueva de las Penitencias, en la que el asceta manchego discernió su vocación, o la misma parroquia en la que celebró su primera misa.
"Cuando una persona está al límite, se descubre cómo es realmente por dentro", afirmaba uno de los integrantes de la expedición, Francisco Sánchez, que señalaba sorprendido "estar aprendiendo cosas que desconocía por completo" en el ámbito religioso. "Estamos viviendo una autentica peregrinación, no una mera ruta ciclista", afirmaban.
Unos kilómetros antes de avistar Villanueva de Córdoba, los policías montillanos se vieron gratamente sorprendidos por una colorida escolta de aficionados a la bicicleta de montaña que los acompañaron hasta el mismo Ayuntamiento de la ciudad, donde participaron en una nueva recepción oficial. Por la tarde, acompañados por el sacerdote Juan Vicente, realizaron una ofrenda floral ante la popular Virgen de Luna.
Entrada en Córdoba
El viernes 14 de junio, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, junto al alcalde de Montilla, Federico Cabello de Alba, recibieron a la comitiva peregrina en el Patio de los Naranjos, que da acceso al interior de la Santa Iglesia Catedral. Procedentes de Cerro Muriano, y tras superar una de las etapas más difíciles tanto por el perfil como por el calor reinante durante toda la jornada, los siete agentes de la Policía Local se encontraban emocionados con sus familiares y amigos.
Esta era sólo la antesala de la emotiva vuelta a Montilla, donde estos siete peregrinos velan por mantener la seguridad de sus convecinos a lo largo de todo el año. Pasadas las 12.30 del mediodía, y escoltados por miembros del club MTB y de la propia Policía Local, los agentes pusieron rumbo hasta la Basílica Pontificia, donde se postraron ante el sepulcro del nuevo Doctor de la Iglesia.
A continuación, el sacerdote montillano Carlos Gallardo, vicerrector del templo, les sellaba la última casilla de la credencial del peregrino, la Montillana, dando así por finalizada una experiencia única que ha permitido a estos siete policías compartir vivencias y anécdotas que, desde ahora, formarán parte de su indeleble álbum de recuerdos.
JUAN PABLO BELLIDO
