Cerca de las 10.00 de esta mañana llegaban a Montilla los más de 250 congresistas que, desde el jueves, participan en el Congreso Internacional centrado en la figura de San Juan de Ávila, cuyas reliquias se custodian en el altar mayor de la Basílica Menor Pontificia enclavada en la calle Corredera.
Tras ser recibidos por representantes de la Corporación Municipal, Miguel Ángel Pena González, de la Universidad Pontificia de Salamanca, abrió la primera sesión académica, celebrada en el Teatro Garnelo, y centrada en el contexto del Maestro de Santos, en sus tiempos y vivencias, así como en los distintos lugares donde el santo vivió, como Salamanca, Alcalá y Sevilla.
Tras disertar sobre cada uno de ellos, el ponente expuso también los maestros que configuraron la vida de San Juan de Ávila, destacando a Domingo de Soto, Juan de Medina y Pedro Sánchez Ciruelo. Al hilo de esto, afirmó que “el santo se vincula a un modelo académico inspirado en París, en el nominalismo y en una nueva teología”.
“Estamos ante una figura rica, profunda y compleja, que no es fácilmente identificable, pero que se puede caracterizar por ser un profundo recreador y reorganizador, con una honda preocupación por que fe y vida caminen de la vida”, aseguró Pena González.
A continuación, María Jesús Fernández Cordero, de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, ofreció la ponencia titulada Dar el corazón de Dios. La 'redamatio' en San Juan de Ávila, en la que señaló el lenguaje y las aportaciones del nuevo Doctor de la Iglesia en la acción reparadora.
La conferenciante comenzó manifestando que “la acción reparadora de Dios requiere ser acogida por el hombre, pues la redamatio es una dimensión viva con Dios”. Centrándose en la figura del Maestro de Santos y en la primera parte del Audi filia, Fernández Cordero indicó que San Juan de Ávila es el prototipo de todo amor de Dios, “una fuente de santidad que busca apartar al hombre de los lenguajes de tinieblas”.
La ponente concluyó haciendo alusión al enclave místico en la redamatio del santo Ávila y la redamatio en el estudio del sacerdocio, donde se detuvo manifestando que “el Maestro Ávila trabajó en una reforma en el ministerio, dotando al sacerdote de una oración especialmente comprometida, porque ésta es la que configura al sacerdote con Cristo”.
Continuando la jornada, el montillano Antonio Luis Jiménez Barranco, presidente de la Agrupación de Cofradías, presentó la nueva documentación avilista inédita y escasamente desconocida que se ha localizado en Montilla y que permanece expuesta en la Casa de las Aguas, sede de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque.
Entre los documentos mencionados, Jiménez Barranco hizo alusión a las primeras biografías de los siglos XVI y XVII, a las Constituciones Sinodales, a las primeras ediciones de las obras del Maestro Ávila, al magisterio espiritual y a la definitiva Positio publicada en Roma en 1970.
Las sesiones académicas de la mañana las cerró Gerard Cadiere Araujo, de la Congregación para la Doctrina de la Fe de Roma, bajo el título Las notas de la eclesialidad en la obra de San Juan de Ávila. En su intervención, repasó la teología espiritual del Maestro y los rasgos de su doctrina, asegurando que “para enmarcar adecuadamente la doctrina de San Juan de Ávila primero se debe tener en cuenta que no fue un teólogo académico en el sentido de un profesor de teología, sino un gran predicador del Evangelio, así como un confesor extraordinario y director espiritual”.
Asimismo, aclaró que “San Juan de Ávila es un verdadero maestro de la vida espiritual, y por lo tanto su doctrina teológica consiste sobre todo en una teología espiritual y pastoral que hunde sus raíces en la Sagrada Escritura, en los Padres y en el Magisterio de la Iglesia, y por lo tanto sigue estando firmemente anclado en fundamentos morales y dogmáticos muy firmes”.
Una vez conocida más profundamente la doctrina avilista, los congresistas pudieron ganar el jubileo en la celebración eucarística que tuvo lugar en la Basílica Pontificia, a la una de la tarde. Igualmente, han tenido ocasión de visitar algunos enclaves avilistas, como la casa en la que falleció el Apóstol de Andalucía.
Si lo desea, puede compartir este contenido:
Tras ser recibidos por representantes de la Corporación Municipal, Miguel Ángel Pena González, de la Universidad Pontificia de Salamanca, abrió la primera sesión académica, celebrada en el Teatro Garnelo, y centrada en el contexto del Maestro de Santos, en sus tiempos y vivencias, así como en los distintos lugares donde el santo vivió, como Salamanca, Alcalá y Sevilla.
Tras disertar sobre cada uno de ellos, el ponente expuso también los maestros que configuraron la vida de San Juan de Ávila, destacando a Domingo de Soto, Juan de Medina y Pedro Sánchez Ciruelo. Al hilo de esto, afirmó que “el santo se vincula a un modelo académico inspirado en París, en el nominalismo y en una nueva teología”.
“Estamos ante una figura rica, profunda y compleja, que no es fácilmente identificable, pero que se puede caracterizar por ser un profundo recreador y reorganizador, con una honda preocupación por que fe y vida caminen de la vida”, aseguró Pena González.
A continuación, María Jesús Fernández Cordero, de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, ofreció la ponencia titulada Dar el corazón de Dios. La 'redamatio' en San Juan de Ávila, en la que señaló el lenguaje y las aportaciones del nuevo Doctor de la Iglesia en la acción reparadora.
La conferenciante comenzó manifestando que “la acción reparadora de Dios requiere ser acogida por el hombre, pues la redamatio es una dimensión viva con Dios”. Centrándose en la figura del Maestro de Santos y en la primera parte del Audi filia, Fernández Cordero indicó que San Juan de Ávila es el prototipo de todo amor de Dios, “una fuente de santidad que busca apartar al hombre de los lenguajes de tinieblas”.
La ponente concluyó haciendo alusión al enclave místico en la redamatio del santo Ávila y la redamatio en el estudio del sacerdocio, donde se detuvo manifestando que “el Maestro Ávila trabajó en una reforma en el ministerio, dotando al sacerdote de una oración especialmente comprometida, porque ésta es la que configura al sacerdote con Cristo”.
Continuando la jornada, el montillano Antonio Luis Jiménez Barranco, presidente de la Agrupación de Cofradías, presentó la nueva documentación avilista inédita y escasamente desconocida que se ha localizado en Montilla y que permanece expuesta en la Casa de las Aguas, sede de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque.
Entre los documentos mencionados, Jiménez Barranco hizo alusión a las primeras biografías de los siglos XVI y XVII, a las Constituciones Sinodales, a las primeras ediciones de las obras del Maestro Ávila, al magisterio espiritual y a la definitiva Positio publicada en Roma en 1970.
Las sesiones académicas de la mañana las cerró Gerard Cadiere Araujo, de la Congregación para la Doctrina de la Fe de Roma, bajo el título Las notas de la eclesialidad en la obra de San Juan de Ávila. En su intervención, repasó la teología espiritual del Maestro y los rasgos de su doctrina, asegurando que “para enmarcar adecuadamente la doctrina de San Juan de Ávila primero se debe tener en cuenta que no fue un teólogo académico en el sentido de un profesor de teología, sino un gran predicador del Evangelio, así como un confesor extraordinario y director espiritual”.
Asimismo, aclaró que “San Juan de Ávila es un verdadero maestro de la vida espiritual, y por lo tanto su doctrina teológica consiste sobre todo en una teología espiritual y pastoral que hunde sus raíces en la Sagrada Escritura, en los Padres y en el Magisterio de la Iglesia, y por lo tanto sigue estando firmemente anclado en fundamentos morales y dogmáticos muy firmes”.
Una vez conocida más profundamente la doctrina avilista, los congresistas pudieron ganar el jubileo en la celebración eucarística que tuvo lugar en la Basílica Pontificia, a la una de la tarde. Igualmente, han tenido ocasión de visitar algunos enclaves avilistas, como la casa en la que falleció el Apóstol de Andalucía.
REDACCIÓN / MONTILLA DIGITAL














































