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La Parroquia de El Santo recibirá esta noche la mayor reliquia ósea que se conserva de San Francisco Solano

La Parroquia de El Santo recibirá hoy, a partir de las 21.45 de la noche, la mayor reliquia ósea que se conserva de San Francisco Solano, que se custodia en La Puebla de Castro, una aldea de apenas 400 habitantes situada en la comarca oscense de La Ribagorza. Coincidiendo con el inicio de la novena en honor del patrón de Montilla, los fieles de la localidad tendrán la oportunidad de admirar el hueso cúbito del Evangelizador de las Américas, cuya autenticidad fue certificada el pasado mes de febrero por el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Javier Pérez.



Tal y como avanzó Montilla Digital, la devoción y la curiosidad innata de Francisco Solano Cabello, un montillano que suele bucear por Internet para tratar de rescatar referencias sobre uno de sus paisanos más célebres, hizo posible, hace algunos meses, el descubrimiento para los vecinos de la Campiña cordobesa de esta nueva huella solanista, la más importante del Apóstol del Nuevo Mundo desde que en 1990 desapareciera en Perú el cráneo que se conservaba en la iglesia de San Francisco de Lima.

Y es que Francisco Solano Cabello logró hallar, mientras navegaba por Google, un blog editado por un psicólogo oscense en el que se aludía a un hueso cúbito del antebrazo de San Francisco Solano. La tremenda sorpresa inicial dio paso a la inevitable impaciencia por conocer de cerca esta reliquia que se conserva desde el siglo XVIII en el Joyero-Museo de la iglesia parroquial de Santa Bárbara de La Puebla de Castro y que esta misma noche llegará a Montilla.

Y así fue como emprendieron su viaje los montillanos José Palma, María José Feria, Francisco Solano Cabello, Manuel Ruz, Loli García, María del Carmen Navarro, Pedro Navarro, María del Carmen González y Jaime Luque, que sintieron “una emoción indescriptible” cuando se toparon, frente a frente, con la más importante huella solanista de la que se tiene constancia hasta la fecha.



“La reliquia está muy bien documentada y, de hecho, la primera referencia data de 1770, en un documento del Obispado de Huesca en el que se constata que existe un cúbito de San Francisco Solano y el radio del antebrazo de Santa Rosa de Lima en este pueblo”, explicó a Montilla Digital Manuel Ruz, uno de los más fervientes devotos del Apóstol del Nuevo Mundo y promotor, junto con su hermano Vicente, de la comisión que hizo posible en 1989 la visita del cráneo de El Santo a su ciudad natal.

Los avatares históricos por los que ha atravesado el hueso de El Santo tampoco son nada desdeñables. Al estallar la Guerra Civil –y con la intención de preservar las obras de arte de los ataques de grupos anarquistas y anticlericales– el Gobierno de la República constituyó una Junta de Incautación para proteger el patrimonio artístico de España.

“Con todas estas obras –entre las que se encontraba la reliquia de San Francisco Solano– se creó un tesoro artístico nacional que viajó, en cajas, junto al Gobierno de la República, desde Madrid a Valencia; desde aquí a Figueras y, finalmente, en febrero de 1939, a Ginebra, donde fueron depositadas en el Palacio de las Naciones”, explica el psicólogo oscense Pedro Bardají, cuyo interés por la vida de San Francisco Solano y por la historia del cúbito que se custodia en La Puebla de Castro también surgió de manera providencial.



Y es que, como buen pueblense, el investigador sabía de la existencia del relicario en la iglesia parroquial de su ciudad natal, aunque desconocía la trascendencia de un santo que es patrono de Montilla pero, también, de otras tan importantes como Lima, Potosí, Cartagena de Indias, Santiago de Chile o La Habana.

Sin embargo, durante un concierto de Almagato, un grupo aragonés que interpreta canciones del folclore argentino y, en especial, de la provincia de Santiago del Estero –donde el fraile montillano centró la mayor parte de su labor evangelizadora y donde se le profesa una mayor devoción– oyó una letra que aludía a San Francisco Solano y, de inmediato, la relacionó con el hueso que se custodiaba en su pueblo. “Ahí fue cuando descubrió la trascendencia de nuestro paisano”, reconoce con emoción Jaime Luque.

La expedición montillana a La Puebla de Castro sirvió para impulsar una nueva investigación que lidera la Diócesis de Huesca, con el objetivo de determinar cómo llegó hasta allí la reliquia de San Francisco Solano. “Habrá que averiguar si la enviaron desde Lima o desde Roma, porque con motivo del proceso de canonización se trasladaron muchas reliquias de El Santo al Vaticano”, precisó Manuel Ruz, quien no ocultó su satisfacción por haber asistido en primera persona al último hallazgo solanista.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: PEDRO BARDAJÍ SUÁREZ / LA PUEBLA DE CASTRO
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