La Feria en honor de San Francisco Solano cumple este año sus bodas de plata en el emplazamiento de la avenida de Las Camachas. Y el periodista montillano Francisco Solano Márquez Cruz se valió anoche de esta particular efeméride para abrir de par en par las puertas de las fiestas patronales con un pregón intimista y sosegado, cargado de referencias a sus años de infancia y juventud, que tuvo lugar en el paseo de Las Mercedes.
El pregonero de la Feria de El Santo fue presentado por otro colega de profesión, Manuel Bellido Mora, quien destacó la trayectoria periodística de un hombre que "fijó las claves de su estilo de escribir y relatar, que era y sigue siendo transparente y directo" y que le ha valido para dar a luz 18 libros, algunos de los cuales, como Córdoba insólita, se encuentran entre los más vendidos en la provincia.
No obstante, entre su extensa obra literaria y periodística, Manuel Bellido destacó anoche Pueblos cordobeses de la A a la Z, una magnífica serie de reportajes en la que recorrió los 74 pueblos de la provincia en entregas semanales publicadas en el diario Córdoba y que, más tarde, fueron recopilados en forma de libro por la Diputación. "Con esa colección de crónicas nos acercó a la Córdoba real y él se abrió paso rotundo en la profesión", recordó el presentador del pregonero, para subrayar que "las firmaba como Solano, con un pulso narrativo moderno, sugerente y en muchas ocasiones crítico y valiente".
Solano Márquez no defraudó en un acto que, además de abrir de manera oficial la Feria en honor de San Francisco Solano, se viene configurando desde el año 2008 como un homenaje de la ciudad a los montillanos ausentes. "Recuerdo los pregoneros de mi niñez montillana, que subían por la calle Enfermería gritando sus mercancías y sus oficios: el tío de las piñas, el de los garbanzos tostaos, el de la cal viva, el de los molletes calientes, el de los hojaldres, el de los polos y el de los helados, el afilador, el latonero y hasta el muñidor de los muertos", apuntó.
Tras agradecer al alcalde de la localidad, Rafael Llamas, su designación como pregonero de las fiestas patronales, Solano Márquez compartió con sus paisanos los nexos que todavía hoy le unen con Montilla, después de poner rumbo definitivo a la capital cordobesa, allá por el año 1964.
"En Córdoba me siento plenamente montillano si paseo por la avenida del Gran Capitán; si saludo a Don Gonzalo en la plaza de las Tendillas; si contemplo la capilla sepulcral del Inca Garcilaso de la Vega en la Catedral o me asomo al patio de la casa donde vivió, en la calle Deanes; si acudo a la fraternal comida navideña de la Casa de Montilla en Córdoba; si aplaudo a la Coral Montillana en el Alcázar, a la Banda de Música Pascual Marquina en el barrio del Naranjo o a Capachos en el Gran Teatro, hace pocos días", reconoció el pregonero, quien se mostró convencido de que "un montillano ausente tiene en Córdoba capital numerosas oportunidades de sentirse montillano presente, si se lo propone, lo que permite sobrellevar mejor el desarraigo".
El pregonero volvió sobre su memoria para recordar la antigua Feria de El Santo en el Paseo de Cervantes, así como las exposiciones de Arte, Industria y Artesanía, "pioneras en la provincia" y que, como subrayó Solano Márquez, "se iniciaron modestamente en un local comercial de la Corredera, pasaron luego al colegio nacional del Cerrillo San José y alcanzaron su pleno desarrollo en las espaciosas naves de la Algodonera, junto a la estación".
El brindis final del pregonero –que utilizó la fórmula que figura escrita en el mostrador de Las Camachas: “Llena la copa vacía (y) vacia la copa llena”– dio paso al pasacalles que condujo a todos los montillanos hasta el recinto ferial, donde se inauguró el alumbrado extraordinario cuya portada reproduce los antiguos arcos de la Puerta de Aguilar.
El pregonero de la Feria de El Santo fue presentado por otro colega de profesión, Manuel Bellido Mora, quien destacó la trayectoria periodística de un hombre que "fijó las claves de su estilo de escribir y relatar, que era y sigue siendo transparente y directo" y que le ha valido para dar a luz 18 libros, algunos de los cuales, como Córdoba insólita, se encuentran entre los más vendidos en la provincia.
No obstante, entre su extensa obra literaria y periodística, Manuel Bellido destacó anoche Pueblos cordobeses de la A a la Z, una magnífica serie de reportajes en la que recorrió los 74 pueblos de la provincia en entregas semanales publicadas en el diario Córdoba y que, más tarde, fueron recopilados en forma de libro por la Diputación. "Con esa colección de crónicas nos acercó a la Córdoba real y él se abrió paso rotundo en la profesión", recordó el presentador del pregonero, para subrayar que "las firmaba como Solano, con un pulso narrativo moderno, sugerente y en muchas ocasiones crítico y valiente".
Solano Márquez no defraudó en un acto que, además de abrir de manera oficial la Feria en honor de San Francisco Solano, se viene configurando desde el año 2008 como un homenaje de la ciudad a los montillanos ausentes. "Recuerdo los pregoneros de mi niñez montillana, que subían por la calle Enfermería gritando sus mercancías y sus oficios: el tío de las piñas, el de los garbanzos tostaos, el de la cal viva, el de los molletes calientes, el de los hojaldres, el de los polos y el de los helados, el afilador, el latonero y hasta el muñidor de los muertos", apuntó.
Tras agradecer al alcalde de la localidad, Rafael Llamas, su designación como pregonero de las fiestas patronales, Solano Márquez compartió con sus paisanos los nexos que todavía hoy le unen con Montilla, después de poner rumbo definitivo a la capital cordobesa, allá por el año 1964.
"En Córdoba me siento plenamente montillano si paseo por la avenida del Gran Capitán; si saludo a Don Gonzalo en la plaza de las Tendillas; si contemplo la capilla sepulcral del Inca Garcilaso de la Vega en la Catedral o me asomo al patio de la casa donde vivió, en la calle Deanes; si acudo a la fraternal comida navideña de la Casa de Montilla en Córdoba; si aplaudo a la Coral Montillana en el Alcázar, a la Banda de Música Pascual Marquina en el barrio del Naranjo o a Capachos en el Gran Teatro, hace pocos días", reconoció el pregonero, quien se mostró convencido de que "un montillano ausente tiene en Córdoba capital numerosas oportunidades de sentirse montillano presente, si se lo propone, lo que permite sobrellevar mejor el desarraigo".
El pregonero volvió sobre su memoria para recordar la antigua Feria de El Santo en el Paseo de Cervantes, así como las exposiciones de Arte, Industria y Artesanía, "pioneras en la provincia" y que, como subrayó Solano Márquez, "se iniciaron modestamente en un local comercial de la Corredera, pasaron luego al colegio nacional del Cerrillo San José y alcanzaron su pleno desarrollo en las espaciosas naves de la Algodonera, junto a la estación".
El brindis final del pregonero –que utilizó la fórmula que figura escrita en el mostrador de Las Camachas: “Llena la copa vacía (y) vacia la copa llena”– dio paso al pasacalles que condujo a todos los montillanos hasta el recinto ferial, donde se inauguró el alumbrado extraordinario cuya portada reproduce los antiguos arcos de la Puerta de Aguilar.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
