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Buzón del Lector | Solano, el guardián de las Indias

Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de un relato de Francisco Alcaide en torno al patrón de Montilla, San Francisco Solano, en el día de su onomástica. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.



Hace ya algunas décadas, coincidiendo con el solsticio de verano y muy cercanos a las fiestas del patrón, un padre y su pequeño hijo paseaban envueltos en el atardecer por un sendero que les ofrecía como desenlace unas bonitas vistas de nuestra ciudad.

Detuvieron su caminar cuando abordaron con sus miradas un arco de entrada hacia algún lugar, perdido en mitad de la nada, asolado y desprotegido por el tránsito del tiempo. La Huerta del Adalid los envolvió en unas sensaciones de paz y sosiego todavía latentes a pesar del paso de los siglos.

El chico, pequeño de estatura pero vivo como la cal, alzó la mirada hacia la entrada del antiguo cenobio franciscano, miró a su padre con interrogación y ante la inocencia que la edad le otorgaba, demandó a su progenitor que le asistiera en la ignorancia del escaso conocimiento que atesoraba del lugar en cuestión.

El padre, valedor de sabiduría y entendimiento, esbozó una sonrisa en sus labios justo en el instante en el que se dispuso a narrarle la historia de un personaje que habitó este lugar siglos atrás y que, con los años, sería el montillano más universal de todos conocido. La historia decía así:

Vio nacer la Montilla de la época cervantina, allá por el año 1549, un joven de "hidalga" madre y no menos "ilustrísimo" padre. Dueño de valores y enseñanzas muy demandadas en la época, ejerció y se instruyó en los Jesuitas montillanos durante los primeros años de su vida.

Pero fueron sus pensamientos de ayuda al prójimo y su recogimiento espiritual los que le hicieron tomar la decisión de ingresar como novicio en el cenobio de San Lorenzo de los monjes franciscanos, un espacio idílico construido y sufragado por Catalina Fernández de Córdoba, segunda marquesa de Priego. En este lugar de recogimiento y rezo, Francisco Solano aprendió y se educó en el arte de la sencillez y la pobreza, cualidades que llevaba innatas desde su nacimiento.

La etapa de meditación y de enseñanzas acaba en el convento de Loreto (Sevilla) en el año 1576 con la ordenación de sacerdote. Teólogo y predicador en los alrededores de Sevilla, Solano admiraba la calidad humana de los misioneros y su meta empezó a convertirse en realidad hacia 1589, cuando zarpó desde el Puerto de Indias (Sevilla) con dirección a las Américas, un viaje sin retorno que marcaría la vida de ese joven aventurero.

Paraguay, Uruguay, México, Perú, Bolivia y Argentina fueron los países donde Francisco Solano colonizó y evangelizó a miles de indígenas, ayudando en labores de enfermería, albañilería y en la siembra de campos.

Fueron 20 años de continuo desgaste físico y mental en unas condiciones muy desfavorables. Su afán por la pobreza absoluta y el rezo continuo mermaron poco a poco su salud. Pasaba muchas noches en vela acompañando a enfermos y se alimentaba solo de hortalizas y algunas verduras.

El exceso de cansancio y la falta de nutrientes le pasaron factura el 14 de julio de 1610 en la enfermería del convento de Lima. El llamado "Apóstol de las Indias", el hombre que los libros y las leyendas atribuyeron muchos milagros en vida, el " Taumaturgo del Nuevo Mundo" fue hecho santo en diciembre de 1726 por Benedicto XIII tras más de medio siglo ayudando al necesitado.

Montilla, querido hijo, hizo patrono de nuestro pueblo a tal insigne paisano, celebrando su festividad el día que cerró los ojos por última vez. Solano, apelativo singular de todos los Franciscos en la ciudad de Montilla, rinde honores al "guardián de las Indias", al "mejor de todos los montillanos".

FRANCISCO ALCAIDE
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR

NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montilla Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.






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