El Museo de Bellas Artes de Córdoba, en colaboración con el Museo Garnelo de Montilla, inauguró ayer una exposición compuesta por más de sesenta obras del artista montillano José Santiago Garnelo y Alda realizadas durante sus viajes por Europa. Se trata de la segunda de las exposiciones organizadas en 2017 por el Museo de Bellas Artes con motivo del Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo.
El delegado de Cultura, Turismo y Deporte, Francisco Alcalde, inauguró, junto al alcalde de Montilla, Rafael Llamas, y al director de la Casa de las Aguas, José Antonio Cerezo, una muestra sobre los principales paisajes culturales de Europa a lo largo del siglo XX.
Garnelo, pintor viajero consta de sesenta obras de pequeño formato, generalmente óleos sobre tabla, que recogen apuntes realizados por José Garnelo en diferentes viajes, especialmente de uno, "turístico e intelectual a la vez", llevado a cabo en 1911 para adentrarse en Grecia desde Albania, hasta volver vía Italia.
Durante su periplo, Garnelo pintó numerosas obras, que le sirvieron para ilustrar su propio relato cultural, que publicó posteriormente, pronunciando en Madrid alguna conferencia a propósito y haciéndolo imprimir para constancia del futuro.
"La exposición es la mente de un ilustrado español que pone de manifiesto cómo veía los principales paisajes culturales de Europa –de Francia, Italia y, especialmente, Grecia–, realizando ese otro tour ilustrado necesario para cualquier buen amante de la tradición clásica cultural y política de Europa", señaló Alcalde.
En todas las obras, el pintor montillano, que ejerció didáctica y pedagogía sobre distintas generaciones de artistas españoles, llegando a ocupar incluso durante unos años la dirección del Museo del Prado, pone de manifiesto su buen hacer y su agudeza en la captación de la luz, patentizando un concepto de "paisajismo renovado" que superaría el tradicional paisaje naturalista y empirista promocionado desde 1860, a través de la Cátedra de Paisaje de la Real Academia de San Fernando por el belga Carlos de Haes.
A Garnelo le interesó el paisaje a lo largo de toda su vida. Lo manifestó ya en 1886, con veinte años, cuando pintó, durante un viaje a Granada, diferentes vistas de La Alhambra y de Sierra Nevada, demostrando que el paisaje significaba para él algo más que una moda pasajera o temporal.
Luego se dejó influir de la moda francesa de la llamada Escuela de Barbizón, especialmente de Camille Corot (1796-1875), y también de los Machiaioli italianos, esos artistas que pintaban a base de manchas, realizando obras bien empastadas.
Más tarde, entre 1888 y 1892, Garnelo visitó varias veces en Italia y entre 1891 y 1910, Austria, Inglaterra y Francia. De todos sus viajes dejó algún testimonio pictórico, siendo estas obras de pequeño formato excelentes instantáneas de todos estos viajes y de los detalles de la realidad que le causaron impacto.
Asimismo, el delegado valoró la calidad del Museo Garnelo de Montilla y el trabajo de su Asociación de Amigos, por lo que mostró su reconocimiento para José Antonio Cerezo Aranda y Manuel Cabello de Alba, "sin cuyo desprendimiento y generosidad, esta exposición no hubiera sido posible".
La muestra, que permanecerá abierta hasta marzo en el Museo de Bellas Artes, cuenta también con la colaboración de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad de Córdoba, a través de su Departamento de Ingeniería Gráfica y Geomática, y del Real Jardín Botánico de Córdoba para el desarrollo del material didáctico que acompaña a la exposición.
Además, esta muestra se suma a los actos que se celebran en Montilla con motivo del 150.º aniversario del establecimiento del pintor nacido en la localidad valenciana de Enguera. Por ello, se realizarán varias visitas guiadas y dos conferencias, que tendrán lugar en el salón de actos de la Delegación de Cultura.
El 14 de noviembre, sobre la flora en la pintura de Garnelo, impartida por Alfonso Jiménez, del Real Jardín Botánico; y otra, el 9 de febrero del próximo año, sobre Garnelo y los pintores catalanes, por Antonio Bautista Durán, vicedecano de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.
El delegado de Cultura, Turismo y Deporte, Francisco Alcalde, inauguró, junto al alcalde de Montilla, Rafael Llamas, y al director de la Casa de las Aguas, José Antonio Cerezo, una muestra sobre los principales paisajes culturales de Europa a lo largo del siglo XX.
Garnelo, pintor viajero consta de sesenta obras de pequeño formato, generalmente óleos sobre tabla, que recogen apuntes realizados por José Garnelo en diferentes viajes, especialmente de uno, "turístico e intelectual a la vez", llevado a cabo en 1911 para adentrarse en Grecia desde Albania, hasta volver vía Italia.
Durante su periplo, Garnelo pintó numerosas obras, que le sirvieron para ilustrar su propio relato cultural, que publicó posteriormente, pronunciando en Madrid alguna conferencia a propósito y haciéndolo imprimir para constancia del futuro.
"La exposición es la mente de un ilustrado español que pone de manifiesto cómo veía los principales paisajes culturales de Europa –de Francia, Italia y, especialmente, Grecia–, realizando ese otro tour ilustrado necesario para cualquier buen amante de la tradición clásica cultural y política de Europa", señaló Alcalde.
En todas las obras, el pintor montillano, que ejerció didáctica y pedagogía sobre distintas generaciones de artistas españoles, llegando a ocupar incluso durante unos años la dirección del Museo del Prado, pone de manifiesto su buen hacer y su agudeza en la captación de la luz, patentizando un concepto de "paisajismo renovado" que superaría el tradicional paisaje naturalista y empirista promocionado desde 1860, a través de la Cátedra de Paisaje de la Real Academia de San Fernando por el belga Carlos de Haes.
A Garnelo le interesó el paisaje a lo largo de toda su vida. Lo manifestó ya en 1886, con veinte años, cuando pintó, durante un viaje a Granada, diferentes vistas de La Alhambra y de Sierra Nevada, demostrando que el paisaje significaba para él algo más que una moda pasajera o temporal.
Luego se dejó influir de la moda francesa de la llamada Escuela de Barbizón, especialmente de Camille Corot (1796-1875), y también de los Machiaioli italianos, esos artistas que pintaban a base de manchas, realizando obras bien empastadas.
Más tarde, entre 1888 y 1892, Garnelo visitó varias veces en Italia y entre 1891 y 1910, Austria, Inglaterra y Francia. De todos sus viajes dejó algún testimonio pictórico, siendo estas obras de pequeño formato excelentes instantáneas de todos estos viajes y de los detalles de la realidad que le causaron impacto.
Asimismo, el delegado valoró la calidad del Museo Garnelo de Montilla y el trabajo de su Asociación de Amigos, por lo que mostró su reconocimiento para José Antonio Cerezo Aranda y Manuel Cabello de Alba, "sin cuyo desprendimiento y generosidad, esta exposición no hubiera sido posible".
La muestra, que permanecerá abierta hasta marzo en el Museo de Bellas Artes, cuenta también con la colaboración de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad de Córdoba, a través de su Departamento de Ingeniería Gráfica y Geomática, y del Real Jardín Botánico de Córdoba para el desarrollo del material didáctico que acompaña a la exposición.
Además, esta muestra se suma a los actos que se celebran en Montilla con motivo del 150.º aniversario del establecimiento del pintor nacido en la localidad valenciana de Enguera. Por ello, se realizarán varias visitas guiadas y dos conferencias, que tendrán lugar en el salón de actos de la Delegación de Cultura.
El 14 de noviembre, sobre la flora en la pintura de Garnelo, impartida por Alfonso Jiménez, del Real Jardín Botánico; y otra, el 9 de febrero del próximo año, sobre Garnelo y los pintores catalanes, por Antonio Bautista Durán, vicedecano de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
