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Fran Gallego | Distancia de seguridad

La llegada del verano lleva aparejada cada año los miles de desplazamientos que se realizan con vehículos por carreteras de todo el territorio nacional, aumentándose considerablemente el riesgo de sufrir algún accidente de circulación. Por ello, debemos extremar aún más si cabe nuestra seguridad para, de este modo, poder disfrutar sin problema alguno de nuestras vacaciones.



Al aumentar la presencia de vehículos circulando por nuestras carreteras, aumentamos con ello las posibilidades de tener un accidente. Por ello, procuraremos a través de unos pequeños consejos reducir esos porcentajes de siniestralidad que nos permitan un desplazamiento más seguro hacia nuestro lugar de destino.

Uno de los aspectos más importantes –junto al de la velocidad– es, sin duda alguna, el de mantener una correcta distancia de seguridad que nos permita detener nuestro vehículo ante cualquier percance que se nos presente.

Como regla general, debemos circular detrás de otro vehículo con una distancia mínima que nos permita detenernos en caso de un frenazo brusco para evitar alcanzar al vehículo que nos precede. No todos los conductores poseemos unas condiciones psicofísicas iguales que nos hagan reaccionar del mismo modo ante una situación de riesgo, por ello, el tiempo de reacción –que es el tiempo que transcurre desde que percibimos un obstáculo hasta que adoptamos alguna medida para evitarlo, como pudiera ser el pisar el pedal de freno– varía dependiendo del estado del conductor en ese momento.

Así mismo, debemos tener en cuenta la distancia de reacción, que es la cantidad de metros que recorre el vehículo durante el tiempo de reacción. A mayor tiempo de reacción, mayor será la distancia recorrida por nosotros. Esta distancia varía, lógicamente, con la velocidad: a mayor velocidad, mayor distancia de reacción.

Cada vez es más frecuente encontrarnos con señales verticales que nos avisan de la distancia de seguridad que debemos mantener, como las del tipo de “galones” o puntas de flechas. En estos casos, debemos dejar al menos dos de ellas de separación con respecto al vehículo que nos precede.

No respetar dicha distancia se puede considerar una infracción al Reglamento General de Circulación, que lleva aparejada una multa de 200 euros, así como la detracción de cuatro puntos del permiso de conducir, si bien, dicha cantidad podrá verse reducida al 50 por ciento si la misma se abona en el plazo de 20 días.

Otro factor que se debe tener en cuenta es la distancia de frenado, es decir, aquella que recorre el vehículo desde que pisamos el pedal del freno hasta que se detiene. Está determinada principalmente por la velocidad a la que circulamos, pero también se ve afectada por:
  1. La masa del vehículo, la carga que se lleve y su colocación.
  2. El estado de los frenos y de los neumáticos.
  3. Las condiciones del asfalto.
  4. Las condiciones atmosféricas.
En resumen, si debemos realizar un desplazamiento en nuestro vehículo, lo ideal es mantener siempre el ritmo de velocidad, evitando los acelerones y los frenazos bruscos, una práctica que nos procurará, además, un significativo ahorro en combustible. A su vez, una buena anticipación y una atención permanente durante la conducción nos garantizará afrontar de forma segura todo imprevisto que se nos presente en el tráfico.

FRAN GALLEGO
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