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Una procesión extraordinaria de San Francisco Solano clausura en Montilla el Año Jubilar de la Misericordia

La clausura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en Roma servirá hoy al Papa Francisco para dar por finalizado, de manera solemne, el Año Jubilar de la Misericordia, que comenzó el 8 de diciembre del pasado año para conmemorar el quincuagésimo aniversario del Concilio Vaticano II. La efeméride, que ha alcanzado todos los pueblos de la cristiandad, tuvo ayer su broche de oro en Montilla, con una procesión extraordinaria del patrón de la localidad, San Francisco Solano.









El cortejo con la imagen del Apóstol del Nuevo Mundo partió pasadas las 18.00 de la tarde desde la casa natal de El Santo para recorrer, con el acompañamiento de la Agrupación Musical La Unión, las calles San Francisco Solano, Fuente Álamo, La Parra y Puerta de Aguilar, regresando a su templo por la calle Ballén, al encontrarse en obras la Plazuela de la Inmaculada.

Tras la celebración de la procesión extraordinaria, la parroquia de El Santo acogió una solemne función religiosa en la que participó la Rondalla y Coro de Don Antonio Ferrete, adscrita a la Asociación de Antiguos Alumnos de Don Bosco, y que estuvo presidida por José Mairal Villellas, párroco de La Puebla de Castro, una localidad oscense de apenas 400 habitantes.

Y es que este municipio situado en la comarca aragonesa de La Ribagorza atesora desde finales del siglo XVIII la reliquia más importante del Evangelizador de las Américas, tras el robo del cráneo que tuvo lugar en Lima allá por 1989.









En efecto, el relicario de plata que contiene el hueso cúbito del brazo izquierdo del patrón de Montilla –y que permanece en la localidad de la Campiña Sur desde el pasado 5 de julio– concentró la atención de los fieles que, a lo largo de cuatro meses, han tenido la oportunidad de rezar ante un vestigio del santo Solano que fue donado en la segunda mitad del siglo XVIII a la localidad oscense por el el sexto marqués de La Puebla de Castro y duodécimo duque de Medinaceli y señor de la Villa de Montilla, Pedro Fernández de Córdoba y Moncada Castro, tal y como constató recientemente el psicólogo oscense Pedro Bardají, autor del blog La Puebla de Castro.

Esta coincidencia histórica, que explica la presencia en Huesca de una reliquia de San Francisco Solano, permitió sellar anoche los vínculos entre Montilla y La Puebla de Castro. De este modo, al término de la función religiosa, los alcaldes de ambas localidades, Rafael Llamas y María Teresa Bardají simbolizaron un hermanamiento que estuvo también auspiciado por las diócesis de Córdoba y la de Barbastro-Monzón.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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