Siempre cuando se acercan los meses de verano, es cuando la clínica Prada de cirugía estética observa un aumento de las solicitudes de intervenciones. Sobre todo, los meses de abril y mayo, las operaciones de cirugía suben un 30% a nivel nacional, siendo las más solicitadas la liposucción, los liftings y el aumento de pecho, según los datos obtenidos por la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (Secpre).
Los motivos por los que se produce este aumento es porque son los meses de margen de la operación para cuando llega el verano y porque se tiene un mayor deseo por lucir buen cuerpo en esta época del año.
Si, por ejemplo, una paciente quiere operarse entre los meses de julio y agosto, luego no puede ni tomar el sol ni bañarse, porque se necesita un periodo de recuperación y estas actividades propias del verano no se pueden hacer tras una intervención. Por eso, los mejores meses para operarse y no tener problemas en verano son abril y mayo.
Por ejemplo, en el caso de un aumento de pecho, después de la operación a los pechos no les puede dar el sol en tres meses, más que nada por el tema de las cicatrices, que si les da el sol directamente, no se cicatriza bien la zona.
No es lo mismo si, en cambio, un paciente se somete a una intervención para eliminar grasa del cuerpo (liposucción). En este caso, es necesario durante un tiempo (más o menos un mes), el paciente debe de llevar una faja en la zona para que el hinchazón desaparezca. Algo no propio si se hace en pleno verano, cuando se dan las temperaturas más altas del año.
Al igual que una mamoplastia, cuando se trata de una operación facial tampoco se debe tomar el sol. Una alta exposición solar en la cara podría provocar hematomas. Además, si una persona es fumadora y quiere someterse a este tipo de cirugía, debe de dejar con antelación el tabaco porque, de lo contrario, podría complicar mucho la operación. La cicatrización sería mucho más complicada.
En conclusión, sea cual sea el tipo de cirugía que se quiera hacer una persona, siempre hay que acudir al especialista con tiempo. Él sabe cuándo es mejor realizarse la operación y todas las complicaciones que conlleva.
Los motivos por los que se produce este aumento es porque son los meses de margen de la operación para cuando llega el verano y porque se tiene un mayor deseo por lucir buen cuerpo en esta época del año.
Si, por ejemplo, una paciente quiere operarse entre los meses de julio y agosto, luego no puede ni tomar el sol ni bañarse, porque se necesita un periodo de recuperación y estas actividades propias del verano no se pueden hacer tras una intervención. Por eso, los mejores meses para operarse y no tener problemas en verano son abril y mayo.
Por ejemplo, en el caso de un aumento de pecho, después de la operación a los pechos no les puede dar el sol en tres meses, más que nada por el tema de las cicatrices, que si les da el sol directamente, no se cicatriza bien la zona.
No es lo mismo si, en cambio, un paciente se somete a una intervención para eliminar grasa del cuerpo (liposucción). En este caso, es necesario durante un tiempo (más o menos un mes), el paciente debe de llevar una faja en la zona para que el hinchazón desaparezca. Algo no propio si se hace en pleno verano, cuando se dan las temperaturas más altas del año.
Al igual que una mamoplastia, cuando se trata de una operación facial tampoco se debe tomar el sol. Una alta exposición solar en la cara podría provocar hematomas. Además, si una persona es fumadora y quiere someterse a este tipo de cirugía, debe de dejar con antelación el tabaco porque, de lo contrario, podría complicar mucho la operación. La cicatrización sería mucho más complicada.
En conclusión, sea cual sea el tipo de cirugía que se quiera hacer una persona, siempre hay que acudir al especialista con tiempo. Él sabe cuándo es mejor realizarse la operación y todas las complicaciones que conlleva.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
