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Curiosidades navideñas

Dejar de lado las peroratas seudo sociopolíticas me ha sido relativamente fácil. La seria cantinela de todas las semanas la sustituyo hoy por esta columna de curiosidades. Algunas de ellas son conocidas, otras puede que os sean ajenas o que os parezcan verdaderas chorradas. No me invento nada, resumo y plasmo datos encontrados en distintas fuentes. Ni están todas las que son y de las que están algunas no son completas o exactas.

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Confieso que la Navidad nunca fue una fiesta de mi agrado. Me trae malos recuerdos, sobre todo de la infancia y adolescencia. Infancia en la que no había mucho que comer. La Navidad en el Llanete de la Cruz no era especialmente significativa para muchos de nosotros.

Ser pobre e hijo de jornaleros pagaba un duro y mugriento peaje en la realidad cotidiana. Te sentías contento por matar el hambre cuando te podías comer unas tortillas de dulce o del ansia, casi te ahogaba un polvorón con el que atragantar la glotonería, disfrutando más que un cochino en un charco. Siempre habría batatas cocidas…

A la Navidad sumo la fiesta de Reyes Magos, en la que los únicos dulces de los que poder disfrutar eran los caramelos que conseguías recoger de la cabalgata y, como eras el mayor de los hermanos, cuando los demás se acostaban, acompañabas a la madre a los almacenes Lirola a comprar unos míseros calcetines para calentar los raídos zapatos. ¡Los Reyes!

Después me he sumado a estas fiestas, me gusten o no, porque no puedes ir como un ogro, gruñón y huraño, por la vida y porque mi familia no debe vivir dependiendo de malos momentos personales. Pero me siento triste. Bien, a lo que iba.

La fiesta pagana más estrechamente asociada con la Navidad era el Saturnal romano, el 19 de diciembre, en honor de Saturno, dios de la Agricultura, que se celebraba durante siete días de bulliciosas diversiones y banquetes. En el norte de Europa se celebraba una fiesta de invierno similar, conocida como Yule, en la que se quemaban troncos en honor de los dioses para conseguir que el Sol brillara con más fuerza.

En nuestro entorno, la Navidad está íntimamente relacionada con la tradición cristiana, que a su vez ha bautizado muchas celebraciones paganas. Actualmente, dichas fiestas se están laicizando y, sobre todo, comercializando. Las catedrales del mundo moderno son los centros comerciales. La palabra "Navidad" procede del vocablo latino “Nativitas” que significa "nacimiento", "natalicio". El Día de Navidad fue oficialmente reconocido por la Iglesia en el año 345.

Dicen que la tradición del Belén nace en 1223 en Greccio (Italia), donde a San Francisco de Asís se le ocurre moldear una figurita de Jesús niño para la misa de Nochebuena, a la que le cantaron villancicos y de ahí se extendió al resto del mundo cristiano.

En el siglo XIII ya se realizaba en Italia una competición de villancicos, conocidos como “pastorelle”. La popular canción Noche de paz surge en Oberndorf (Austria) en 1818 y es quizá el villancico más conocido del mundo.

La celebración de la Misa del Gallo viene de Jerusalén donde ofician tres misas el día de Nochebuena: una a media noche, otra antes del amanecer y una tercera “ad galli cantus” (al canto del gallo). El 25 de diciembre de 1492, Colón celebra la Navidad en tierras americanas, en Fuerte de Navidad, construido con los restos de la Santa María.

Para las Saturnales romanas se elaboraban unas tortas redondas con higos, dátiles y miel que, al parecer, son el antecedente del roscón. En el siglo III se introduce un haba seca en el dulce y al que le tocaba era nombrado rey. El juego del haba existía entre los romanos. En Navarra se tiene noticia de él en 1361 y, en Granada, el poeta Ben Quzman habla de una torta similar llamada hallón o hallulla. En Cataluña existe la tradición del Tortell de Reis. En Francia el Gâteau des Rois es idéntico a nuestro roscón.

El árbol de hoja perenne que adornaban los Druidas en Europa Central, para celebrar el nacimiento de Frey, dios de la Fertilidad, es el origen del abeto cristiano de Navidad. La costumbre de decorarlo apareció en Alemania en el siglo XVII y pronto se extendió por Europa. En España lo introduce la rusa Sofía Troubetzkoy, a partir de 1870.

La existencia de tres Reyes Magos data del siglo VI d.C. Melchor representa a los europeos, Gaspar a los asiáticos y Baltasar, negro y con barba, se identifica con los africanos. Los supuestos restos de los Magos estuvieron trescientos años en Constantinopla (Turquía). De allí fueron trasladados a Milán y en 1162 a la catedral de Colonia (Alemania), donde descansan en un cofre de oro y plata que pesa 350 kilos y que se halla en una capilla que hizo construir el emperador Carlomagno.

El nombre de "Santa Claus" es una contracción de Sanctus Nicolaus, y se refiere a San Nicolás de Bari, obispo de Mira en el siglo IV, personaje protector sobre todo de los niños. La figura de Santa Claus, tal como la conocemos hoy, es una invención estadounidense del siglo XX, basada en la vida y leyenda de San Nicolás. Actualmente, se designa al mismo personaje en los distintos países, como "Santa Claus", "Papá Noël" o "San Nicolás".

El pan dulce se hizo en Milán (Italia) en 1495. El duque Ludovico Sforza encargó una comida especial para Navidad. A uno de los cocineros se le ocurrió agregar frutas secas y pasas de uvas al pan y nació el “Panettone”. Los cotillones empezaron a organizarse en restaurantes franceses a principios del siglo XX. La costumbre de las uvas de la suerte nace en el primer tercio del siglo XX, en España.

En las casas anglosajonas se cuelga muérdago en puertas y ventanas para pedir suerte y prosperidad para sus ocupantes. Es una costumbre poco extendida España. En Finlandia decoran las casas para Navidad con velas que realiza cada miembro de la familia. Y la estrella que se coloca en el árbol es originaria de Filipinas. Allí se hacen antorchas en forma de estrellas de cinco puntas, que iluminan la entrada de las casas.

La palabra celta “eguinand” designa el regalo de Año Nuevo y podría ser el origen de la nuestra “aguinaldo”(o aguilando). Los primeros regalos consistieron en dátiles secos y otros dulces, y expresaban el deseo de empezar el año de forma más dulce. En español significa dádiva, presente que se da en señal de felicidad. Es un regalo de buen augurio.

En Roma existía la costumbre, en Año Nuevo, de acompañar con regalos (strenae), los buenos deseos y felicitaciones (congratulatio) en honor de Strenia, la diosa de la salud y de la buena suerte. En Valencia, el día 25 se dan las estrenas a jóvenes y pequeños con dinero escondido en la mano que previamente hay que besar.

La paga extraordinaria de Navidad nació en concepto de aguinaldo que daba el patrón a sus trabajadores. La forma popular de pedirlo es la del grupo de niños cantando por las casas y recibiendo dulces o dinero.

Otra forma de aguinaldo, aún vigente aunque disminuyendo por la crisis, es el obsequio en especie, con productos navideños (turrones, cava, etc.). Aunque parece ser que la actual cesta de Navidad tiene su origen en la canasta que antiguamente usaban los campesinos para llevar los aguinaldos que iban a entregar a los señores.

Otra forma de aguinaldo, que llegó a ser onerosa, fue la que practicaban determinados servicios públicos como basureros, barrenderos, carteros, municipales... y que pugna por volver.

El pavo de Nochebuena tiene su origen en México en el siglo XVI. Fue una comida que los aztecas ofrecieron a Hernán Cortés, a quien le agradó y lo trajo para España. El turrón parece ser originario de la península arábiga. Los árabes trajeron este postre a las costas del Mediterráneo. En Alicante ya era famoso en el siglo XV.

El primer sorteo de la Lotería de Navidad se celebró en Cádiz en 1812. El sorteo de “El Niño” data de 1941. Las tarjetas de Navidad se comenzaron a utilizar a partir de 1846, año en que se imprimió la primera postal de este tipo, en Londres.

El Día de Inocentes tiene su origen en la leyenda de la matanza de niños, ordenada por Herodes. Esta festividad se populariza en la Edad Media, siendo el desenfreno y el jolgorio los protagonistas, ya que todo estaba permitido y la culpa no recaía en nadie.

Tiene un marcado sentido popular, en el que las personas se hacen bromas y engaños. Una de las burlas más conocidas son los muñecos de papel pegados a la espalda en señal de chanza. Hay variedad de bromas ese día, unas pesadas, otras groseras y algunas hasta inocentes.

¡Que la bruja Befana colme vuestros deseos!

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PEPE CANTILLO
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